Así que no me ha quedado más remedio que reservar el libro en la biblioteca y esperar a que me llamasen. Por fin me llamaron para ir a recoger el libro el pasado 24 de octubre pero, para mi sorpresa y decepción solo estaba disponible el primero de los dos libros en los que está dividido Danza de dragones. Ahora me toca esperar para leer la segunda parte... Y lo estoy deseando, porque las 545 páginas de esta primera parte me han sabido a poco. Después de dos años y ocho meses esperando, cuando tuve el libro en mis manos lo devoré en muy pocos días. Mi chico dice que le decepcionó un poco, que no tiene tanta acción como los anteriores, que pasan menos cosas, es más lento, más pausado y calmado. Más viajes, más intriga, más conspiraciones, pero menos batallas, menos luchas, menos sangre. A mí, en cambio, no me ha decepcionado en absoluto. Porque estaba deseando saber qué le ocurría a Jon Nieve en el Muro, qué estaba haciendo Daenerys, cómo estaba Bran, qué tramaban Stannis Baratheon y Melisandre y, cómo no, dónde estaba Tyrion. No quiero desvelaros ni destriparos nada. Así que he decidido no contar nada de la trama. Tan solo quiero deciros que, una vez más, George R.R. Martin me ha sorprendido, me ha fascinado, me ha emocionado, me ha hecho reír, aguantar la respiración, contener el aliento, enfadarme... En definitiva, me ha recordado por qué soy adicta a la saga Canción de hielo y fuego. Los que hayáis leído el cuarto libro de la saga, Festín de cuervos, sabréis que, en contra de lo que suele ser habitual en George R.R. Martin, en esta ocasión el autor decidió dividir los libros no por tiempo, sino por personajes y situaciones. Así, Festín de cuervos y Danza de dragones suceden más o menos en la misma época, la acción es simultánea, pero el primero incluye a la mitad de los personajes, los que se encuentran en Desembarco del Rey y sus alrededores, Dorne y las Islas del Hierro, y el segundo a la otra mitad, los que están en el Norte, el Castillo Negro, el Muro y más allá, así como al otro lado del mar Angosto, Pentos o la bahía de los Esclavos. En definitiva, el cuarto y el quinto son dos libros paralelos, no consecutivos, que se dividen por la cronología, no por la geografía. Pero una vez más George R.R. Martin vuelve a sorprendernos, porque esto es así solo hasta cierto punto. Danza de dragones es más largo que Festín de cuervos y cubre un periodo mayor. En la segunda mitad de este quinto libro vuelven a aparecer personajes de Festín de cuervos. La narración ha avanzado más allá de donde terminaba la cuarta entrega de la saga y los dos hilos han vuelto a unirse. Por fin pude coger de la biblioteca el segundo tomo de Danza de dragones. Sus 548 páginas solo me han durado una semana. Esta segunda parte me ha gustado mucho más que la primera. Tiene más ritmo, más acción, más sorpresas. Aun así, en general el libro me ha decepcionado un poco. Después de Festín de cuervos y de una espera tan larga las expectativas eran demasiado altas y se me había olvidado que George Martin suele dosificar la acción en sus libros, es decir, si el cuarto fue brutal, el quinto iba a ser más pausado, más de transición. Por el título y por la portada de este quinto libro me esperaba otra cosa, un mayor protagonismo de Daenerys Targarien y sus dragones. Pero a pesar de estos pequeños peros he vuelto a disfrutar muchísimo de esta saga que nunca me deja indiferente, que me engancha muchísimo y que siempre me deja con ganas de más, de mucho más. Como no podía ser de otra forma, Danza de dragones termina dejando todo en el aire y nos deja a los lectores con unas ganas inmensas de leer la sexta entrega de Canción de hielo y fuego, que no se sabe cuándo se publicará en inglés ni, mucho menos, en español. Así que me temo que nos va a tocar esperar para saber qué les ocurre a Cersei, Daenerys, Jon, Stannis, Tyrion, Arya, Theon Greyjoy, Jaime y todos los demás protagonistas. ¿Cómo les afectarán los Vientos de invierno a todos ellos?
Danza de dragones. Canción de hielo y fuego V, de George R.R. Martin
Publicado el 01 febrero 2013 por Goizeder Lamariano MartínAsí que no me ha quedado más remedio que reservar el libro en la biblioteca y esperar a que me llamasen. Por fin me llamaron para ir a recoger el libro el pasado 24 de octubre pero, para mi sorpresa y decepción solo estaba disponible el primero de los dos libros en los que está dividido Danza de dragones. Ahora me toca esperar para leer la segunda parte... Y lo estoy deseando, porque las 545 páginas de esta primera parte me han sabido a poco. Después de dos años y ocho meses esperando, cuando tuve el libro en mis manos lo devoré en muy pocos días. Mi chico dice que le decepcionó un poco, que no tiene tanta acción como los anteriores, que pasan menos cosas, es más lento, más pausado y calmado. Más viajes, más intriga, más conspiraciones, pero menos batallas, menos luchas, menos sangre. A mí, en cambio, no me ha decepcionado en absoluto. Porque estaba deseando saber qué le ocurría a Jon Nieve en el Muro, qué estaba haciendo Daenerys, cómo estaba Bran, qué tramaban Stannis Baratheon y Melisandre y, cómo no, dónde estaba Tyrion. No quiero desvelaros ni destriparos nada. Así que he decidido no contar nada de la trama. Tan solo quiero deciros que, una vez más, George R.R. Martin me ha sorprendido, me ha fascinado, me ha emocionado, me ha hecho reír, aguantar la respiración, contener el aliento, enfadarme... En definitiva, me ha recordado por qué soy adicta a la saga Canción de hielo y fuego. Los que hayáis leído el cuarto libro de la saga, Festín de cuervos, sabréis que, en contra de lo que suele ser habitual en George R.R. Martin, en esta ocasión el autor decidió dividir los libros no por tiempo, sino por personajes y situaciones. Así, Festín de cuervos y Danza de dragones suceden más o menos en la misma época, la acción es simultánea, pero el primero incluye a la mitad de los personajes, los que se encuentran en Desembarco del Rey y sus alrededores, Dorne y las Islas del Hierro, y el segundo a la otra mitad, los que están en el Norte, el Castillo Negro, el Muro y más allá, así como al otro lado del mar Angosto, Pentos o la bahía de los Esclavos. En definitiva, el cuarto y el quinto son dos libros paralelos, no consecutivos, que se dividen por la cronología, no por la geografía. Pero una vez más George R.R. Martin vuelve a sorprendernos, porque esto es así solo hasta cierto punto. Danza de dragones es más largo que Festín de cuervos y cubre un periodo mayor. En la segunda mitad de este quinto libro vuelven a aparecer personajes de Festín de cuervos. La narración ha avanzado más allá de donde terminaba la cuarta entrega de la saga y los dos hilos han vuelto a unirse. Por fin pude coger de la biblioteca el segundo tomo de Danza de dragones. Sus 548 páginas solo me han durado una semana. Esta segunda parte me ha gustado mucho más que la primera. Tiene más ritmo, más acción, más sorpresas. Aun así, en general el libro me ha decepcionado un poco. Después de Festín de cuervos y de una espera tan larga las expectativas eran demasiado altas y se me había olvidado que George Martin suele dosificar la acción en sus libros, es decir, si el cuarto fue brutal, el quinto iba a ser más pausado, más de transición. Por el título y por la portada de este quinto libro me esperaba otra cosa, un mayor protagonismo de Daenerys Targarien y sus dragones. Pero a pesar de estos pequeños peros he vuelto a disfrutar muchísimo de esta saga que nunca me deja indiferente, que me engancha muchísimo y que siempre me deja con ganas de más, de mucho más. Como no podía ser de otra forma, Danza de dragones termina dejando todo en el aire y nos deja a los lectores con unas ganas inmensas de leer la sexta entrega de Canción de hielo y fuego, que no se sabe cuándo se publicará en inglés ni, mucho menos, en español. Así que me temo que nos va a tocar esperar para saber qué les ocurre a Cersei, Daenerys, Jon, Stannis, Tyrion, Arya, Theon Greyjoy, Jaime y todos los demás protagonistas. ¿Cómo les afectarán los Vientos de invierno a todos ellos?