Daredevil
2015-
Daredevil es, potencialmente, uno de los superhéroes más aburridos del Universo. Quizá quienes hayan leído los cómics tengan mil razones para tirar por tierra mi afirmación basada, por otra parte, simplemente en la descripción del personaje, así, en frío, tras ver la serie: Matt Murdock es un abogado ciego que por las noches se va a zurrarle a los criminales de Hell's Kitchen, un barrio chungo de la ciudad de Nueva York.
Hablemos de actores y personajes. El prota es Charlie Cox, al que hemos visto en 'Boardwalk Empire' y en 'La teoría del todo'. Es el típico actor casi desconocido que si la serie triunfa mejorará bastante su currículum. Si los rumores se convierten en verdades, hasta es posible que él y su Daredevil se unan en algún momento a 'Los Vengadores' de Joss Whedon. Acompañando a Matt Murdock se encuentra el compañero de facultad y de bufete, Foggy Nelson, interpretado por Elden Henson, un actor con mucho recorrido como secundario. La tercera en el grupo es Karen Page, una cliente reconvertida en secretaria, encarnada por la ex 'True Blood' Deborah Ann Woll. Foggy y Karen forman parte de la vida "civil" de Matt/Daredevil. Cuando Matt sale a la calle a impartir justicia, apenas tiene amigos. Si acaso puede contar con Claire, el papel de Rosario Dawson ('Sin City').
Fisk, sin duda, ha sido quien me han enganchado a esta primera temporada de 'Daredevil'. Él y las peleas del prota con sus enemigos (y con sus amigos). Luchas coreografiadas de manera perfecta, tanto las callejeras (carreras, saltos, persecuciones) como las que se desarrollan en interiores: sobre todo las que tienen como coprotagonista a algún experto en artes marciales. Memorables.
En fin, en esta época en la que no hay día (exagero, pero no demasiado) que no se estrene una peli o una serie de superhéroes (moda que ya se está alargando de más), no está nada mal sorprender con algo distinto, menos chillón y circense, que sin dejar de ser lo que es, una serie de héroes, ha sabido currárselo para hacerlo con bastante más calidad que a la que estamos acostumbrados.