Ni me ha sorprendido ni me ha dejado de sorprender la separación de David Arquette y Courteney Cox, porque en el mundo de la farándula, los matrimonios son de quita y pon, y como se estila hoy en día, mediante un comunicado conjunto, que así se enteran todos de golpe, y no hay que andar dando explicaciones uno por uno, que es muy cansado.
Lo que me ha llamado la atención, es que el motivo de la separación, ha sido una infidelidad de David, con una camarera y aspirante a actriz, muy mona, que Courteney no le ha hecho ninguna gracia y dio carpetazo al matrimonio, más que por la infidelidad, por las palabras de su ex, que dijo, en una entrevista radiofónica, que hacer el amor con esa chica, le había hecho sentir "plenamente su virilidad" ¿Ostis, tú... es que con Courteney las relaciones no eran plenamente satisfactorias?.. Vamos que será guapo y todo lo que quieras, pero no un caballero, menospreciando de esa manera a la que es madre de su hija, que si él, no se siente hombre con ella ¿De quién es la niña, eh, de quien?
Pero lo más gracioso, es que la camarera en cuestión, Jasmine Waltz, fue la que le sacudió un mamporro, en todos los morros, a Lindsay Lohan, el día de su cumpleaños, porque la vio tontear con su novio, y como la chica es celosa, pues marcó su territorio bofetadas, aunque ella no tiene ningún impedimento en meterse en el territorio de las demás, porque aparte de David, al que le ha costado el divorcio, ya tuvo sus enredos amorosos, con dos famosos más (que se sepa),Ryan Seacrest y Jesse McCartney, vamos que la chica pica alto, no se conforma con algún compañero de profesión, a la de camarera me refiero, porque a la otra aún es aspirante.
¡Hay que ver como son las cosas!