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¿PERO CÓMO SE CONVIERTE alguien en un inútil? O para ser más preciso: ¿cómo se convierte alguien con un coeficiente intelectual de 147 en un inútil? Fácil. Uno se convierte en un inútil cuando te lo dan todo hecho. En otras palabras: cuando no te dejan hacer nada o no te dan la oportunidad de demostrar que sabes y puedes hacerlo. Ejemplo claro. Mi madre. Nunca me dejó hacer la cama. Tampoco es que yo le insistiera mucho, la verdad. Eso son cosas de mujeres, me decía. Unos años más tarde, en la cárcel, como no había mujeres, tuve que aprender por cojones a hacerla. Es una de las cosas que se aprenden allí dentro. A hacer la cama. Los kíes no. A ellos se la hacen. Algún machaca. Así que en ese sentido, no era un inútil. Durante tres años hice yo solo la cama, la mía se entiende. Es más, podría ganarme la vida fácilmente como camarero de habitación en cualquier hotel. Quizá lo haga. Lo que quiero decir es que la cama no es un problema. Todo lo demás, sí. Todas las demás engorrosas tareas domésticas. Porque a este menda, no me importa reconocerlo, durante sus primeros cincuenta años de vida, en esas cuestiones, se lo han dado todo hecho. Y, además, he de reconocerlo, bien o muy bien hecho. Aunque después yo me esmerara a fondo en deshacerlo. Del mismo modo que destruí mi última relación de pareja. Del mismo modo, sí, que destrocé todas las anteriores.
David González.
06/12/2014.
Así llegan los crímenes (1)