David Hernández, speaker: “Nadie me gana en ilusión, ganas y motivación”

Publicado el 13 agosto 2010 por Toni_delgado @ToniDelgadoG
David, feliz con su micrófono en la mano - Foto: Toni Delgado.  
Llega con puntualidad suiza y ansioso por coger el micrófono después de varias semanas sin hacerlo. David Hernández (Barcelona, 1983) echaba de menos todo lo que ve: el pabellón, la grada, los banquillos… La pasada temporada, desde su silla de ruedas, fue el speaker del CB Cornellà, que lamentablemente bajó a Adecco Plata. Días después de esta entrevista se supo que el equipo, por problemas económicos y tras la desvinculación del Barça, competirá finalmente en EBA. 
– ¿Qué son para ti los deportes?  
Mi pasión. Soy futbolero, muy futbolero, pero también me gustan otras disciplinas, y, por supuesto, el baloncesto, que narro y sigo también por la tele. Pero no sólo me interesa el deporte, sino la vertiente más humana de los deportistas.  
– La historia por encima del resultado.  
Sí. Me gustan mucho desde dentro. Te puedo poner el ejemplo de Pau Gasol. Que tenga dos anillos de la NBA no me deja indiferente, pues lo he seguido desde que era un chaval en el Barça. Ves cómo crece, cómo progresa y triunfa en la ACB, cómo da el salto a la Liga estadounidense con un equipo pequeño y cómo lo ficha un equipo importante para ser campeón.
– ¿Tu objetivo sería convertir esa pasión en un trabajo?  
¡Sí! Es lo que me llena, donde puedo hacerlo bien y me siento útil. Sé que no puedo hacer muchas cosas, pero nadie me gana en ilusión, ganas y motivación. Ahí es donde puedo arañar mucho.
– El superarse sin descanso.  
Es el día a día. El ver que puedes conseguir lo que te propones con sacrificio y esfuerzo. Si otra gente que está peor que yo lo puede hacer, yo también lo puedo conseguir. Ésa ha sido mi filosofía en el colegio y en el trabajo. En todo. Es mi fuerza de voluntad.  
– ¿En qué trabajas?
Hago trabajos administrativos, que es lo que estudié. Tuve suerte porque encontré trabajo en muy poco tiempo, pero me gustaría cambiar.
– ¿Y hacer de periodista o entrenador por ejemplo?  
Me agradan las dos cosas. No me gustaría tanto jugar como verlo desde la perspectiva del entrenador, que es el que más sufre de todos y, a la vez, el gran responsable si las cosas no funcionan... 
– ¿Qué has descubierto del mundo de la comunicación? ¿Cómo es?  
Es un mundo bonito. Vienes muchas veces antes de los partidos, hablas con los jugadores, los motivas, intentas aportar tu granito de arena para que el grupo salga adelante.  
– ¿Cuál son tus speakers referentes?  
No tengo. Uno tiene que ser uno mismo. Andrés Montes era muy bueno, también lo es Jordi Robirosa. Pero uno tiene que fijarse en uno misma, en cómo eliminar los errores y dónde mejorar. Al principio me costó coger confianza porque no lo había hecho nunca.  
– ¿Cuál es el secreto?
Controlar un poco los nervios, algo que no es fácil. Hasta que no llevas cuatro, cinco o seis partidos no te sueltas. Al principio me faltó eso, el ser yo mismo. 
– ¿Cómo surgió la posibilidad de narrar los partidos del CB Cornellà?
Empecé viniendo como espectador. El chico que estaba haciendo de speaker lo dejó y un conocido me lo propuso: “Oye, ¿no te gustaría hacer de speaker?”. “¿Y por qué no?”, le dije. La directiva estuvo de acuerdo. Todo fue muy rápido. 
– ¿Qué recuerdas del debut?  
Era un viernes y había ido como espectador. Marçal [Fontanals, jefe de prensa del CB Cornellà] me explicó cómo funcionaba todo. Me pilló totalmente de improvisto. Viene poca gente y el ambiente es muy frío. Estaba nervioso, pero Marçal me tranquilizó: “Estate tranquilo, que no es nada”. Poco a poco he ido mejorando. Es gratificante que hasta los jugadores te digan que te lo estás currando. 

"Si lees o miras un papel pierdes naturalidad", defiende el speaker - TD.    
– Dices que el ambiente no es el mejor. ¿Cómo se anima a la grada en casos así?  
Al principio me tenían que decir que animase, pero conforme iban pasando los partidos conseguí ser más vehemente. Es difícil que la gente te responda. Puedes calentar el ambiente sin que suene mal, apodando a los jugadores.  
– ¿Con qué momentos te quedas?  
Curiosamente con los más duros, que son más bonitos de narrar que los partidos con el marcador muy a favor. Alguna vez he acabado afónico.
– ¿Qué te exige el micrófono?  
Te obliga a reaccionar, a estar muy atento. De espectador estás muy más relajado. En una de las presentaciones que hacemos antes de los partidos me confundí y empecé primero nombrando a los jugadores locales. ¡Nunca me había pasado!  
– ¿Alguna situación más incómoda?  
Cuando vino el Melilla cuatro personajes empezaron a decir que me callara ya con tanto ¡Cornellà! ¡Cornellà! Mi reacción fue decir más y más. Al final te tienes que controlar. Son anécdotas. Son anécdotas. El público en general te trata con respeto.  
– El respeto, un valor que se está perdiendo.  
Es una pena. Pero tienes que ser consciente de ello. Sé que me expongo a que la afición rival vaya a por mí. El día que nos visitó el CAI Zaragoza fue espectacular. Sus aficiones cantaban “¡La ACB nos espera! ¡Sí, sí, sí, nos vamos a ACB!” y al final consiguieron subir. Me hice una foto con ellos y me regalaron una bufando del equipo. Estuvieron todo el partido animando, pero sin hacer feos. 
– En el equilibrio está el camino para narrar un partido, ¿no?  
Depende mucho de la situación. Debes adaptarte al guión del encuentro y no es fácil de llevar. Por mí el otro equipo no metería ni una canasta, pero hay que respetarlo. No puedes barrer para casa y controlar las emociones.  
– ¿Cómo te preparas?  
Me repaso la hoja de plantillas, sobre todo para leer y ver nombres o apellidos complicados del otro equipo, así como los colegiados.
– ¿Cuáles son tus ídolos en el baloncesto?
Si hablamos de la NBA hay que hablar de Michael Jordan. Un personaje como él lo cambio todo. Pau Gasol ha hecho crecer el baloncesto español y a nivel interno. No es fácil llegar a Estados Unidos y triunfar. En tenis el referente sería André Agassi; en motos, Valentino Rossi sin duda: todo el mundo le quiere, tiene un carisma especial. Dani Pedrosa, al que le ha pasado de todo, Jorge Lorenzo, que quizás va un poco de sobrado, también son buenos. En Fórmula 1 destaco a Fernando Alonso.
– ¿El ídolo de siempre?
Ahora, Andrés Iniesta. Me gustaban mucho Ronald Koeman y Hristo Stoichkov, dos extranjeros que realmente sentían los colores del equipo y que más han hecho por el Barça. Con Pep Guardiola como entrenador pueden llegar muchos más éxitos. 
– ¿Cuál es la secuencia deportiva que no puedes olvidar?
El gol de Iniesta en Stanford Bridge [con el que el Barça se clasificó para la final de la Champions en el descuento]. Se te saltan las lágrimas… Me lo he puesto miles de veces y siempre me emociona igual. Narrar el descenso del CB Cornellà supuso un momento duro para el club, fue muy complicado. Estaba convencido de que formaríamos otro partido…  
– ¿Qué te ha enseñado la vida?  
La vida y la gente. Me admiran por mi fuerza. Aquí me tienes, sentado en estas cuatro paredes. Así llamo a la silla de ruedas. Tienes momentos complicados, de estar solo, pero tienes que seguir adelante. Mis padres siempre me han ayudado mucho. Hacer de speaker es una motivación muy grande para mí.