David Luiz, jugador brasileño del Chelsea de fe evangélica, se acerca a Fernando Torres y poniéndole una mano en la cabeza y otra en el hombro cierra los ojos y empieza claramente a orar por él. Fernando Torres no se extraña, al revés, cierra también los ojos y asiente a lo que su compañero le pide a Dios. Todo hace suponer que no es la primera vez que oran juntos, y también que la oración era una petición para que Torres recibiese ayuda divina en su función de goleador.