La tendencia de los últimos años ha llevado a las agencias de publicidad a replegarse y a reducir sus estruras. La crisis ha provocado la atomización del sector en pequeñas (y jóvenes) agencias o estudios de diseño. En este post exponemos las ventajas que estamos viendo en este nuevo perfil de empresa.
· Cercanía y trato individualizado
El cliente tiene a mano no solo a la agencia, sino también a la persona de contacto o incluso al diseñador, copy,... que va a realizar el trabajo solicitado. El día a día con el cliente fluye con más facilidad. La jerarquía es más horizontal.
· Ilusión renovada
Los proyectos, incluso por pequeños que sean, son tratados con mucha más ilusión y motivación. El trabajo es más mimado que en una agencia grande. El compromiso es mayor y se busca crecer de la mano del cliente.
· Renovación de ideas
El desfase de las grandes y viejas agencias es palpable en muchas de ellas. La juventud lleva implícita, en la mayoría de los casos, una predisposición natural por la utilización de nuevos medios y una formación más adaptada a ellos.
Que se sea joven no conlleva que se carezca de experiencia o de contactos. En estos casos el cliente confía en la persona, en muchas ocasiones gracias a la experiencia y a los trabajos realizados anteriormente.
· Innovación
Los objetivos se puedes consiguir por diferentes vías que antes no se ponían en práctica. La flexibilidad y la adaptabilidad al cliente es otra de sus características.
· Precio
La ausencia de una gran estructura reduce costes y facilita la competitividad en precio.
¿Alguna más?