Más de noventa horas sin luz, agua y comida, además de saqueos en algunos estados, son las consecuencias de una gestión nefasta del gobierno de Nicolás Maduro, que paga hoy día Venezuela.
La falta de mantenimiento e inversión a la hidroeléctrica, la inexistente mano de obra calificada, déficit de expertos para la manipulación correcta del sistema de máquinas, desviación del dinero que supuestamente, iba destinado para el funcionamiento de la misma, son los errores de otros, que paga la sociedad venezolana. Aunado a ésto, hay que agregarle el sistema perverso del comunismo, aprovechándose de una coyuntura, para someter cada vez más a la población al miedo y a la desesperanza,quebrando emocionalmente al individuo y dejándolo desarmado a todo nivel.
Es la denigración del ser humano, es la humillación a la cual, nos ha expuesto éste error de la historia.
Personas en medio de la desesperación, por falta de agua, se lanzan al río Guaire (cloaca de Caracas), no importando lo contaminado que está, otros bañándose en alcantarillas directas solo para conseguir a como de lugar el vital líquido.Fallecimientos de niños, ancianos, personas con enfermedades graves, que necesitan de diálisis, recién nacidos muertos por falta del funcionamiento de incubadoras, niños desnutridos, que con éste caos aceleraron su muerte. Es inhumano, víl y todavía, muy a pesar de la situación, lanzan las culpas a otros, no aceptando sus propios errores.Al describir todo éste terrible panorama, quedándome corta en esta lista del terror, que hasta el día de hoy viven los venezolanos, viene a mi mente la historia bíblica de David y Goliat.
“Metiendo David su mano en la bolsa tomó allí una piedra y la tiró con honda, e hirió al filisteo en la frente; y cayó sobre su rostro en tierra. Así venció David al filisteo con honda y piedra, e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano”. ( Samuel 17,49-50).
No sé cómo, ni cuando, ni de que manera, David que lo asemejo con el pueblo venezolano, realizará nuevamente esta hazaña. “ Es la victoria del pequeño frente al grande, del desvalido, frente al poderoso”. Es el ejemplo vivo, de que solo en nuestras manos está la solución, para poder conseguir nuevamente el camino a casa, la libertad de nuestro país.
¡ Fuerza Venezuela!
¡El bien siempre prevalece !