Como os he contado en muchas ocasiones, cuando nació David yo tenía muy poco que ver con lo que soy ahora...lo poco que sabía, lo había leido en la típica revista de maternidad, y mis ideas acerca de la crianza eran muy difusas por lo que, ante la duda, mi opinión era la de la mayoría.
Como consecuencia de esto, cometí una serie de errores que ahora vengo arrastrando y de los que no me siento demasiado orgullosa, como son, por ejemplo, el chupete y la televisión. Me explico:
David siempre ha sido un niño muy activo e inquieto, lo que hacía (y hace) realmente difícil que me sea posible realizar una serie de cosas imprescindibles cuando estoy sola con el. Esto sumado a que, debido a los turnos de papá, paso días sola con el en los que tengo que apañarmelas como puedo para hacer lo imprescindible, me condujo a probar a ponerlo delante de la caja tonta a ver si se entretenía...
Le descargué unos cuantos dibujitos y descubrí que, en efecto, se entretenía y me permitía ,por la mañana, ir al baño y hacer su desayuno y el mío. Pero claro, ahora la tele le gusta y, aunque ya sería posible hacer estas cosas sin necesidad de ponerlo a verla, el lo pide...
Con respecto a esto, me pasa lo mismo que con el chupete...en su día y por desconocimiento, cometí el error de ponerselo. Ahora soy consciente de que al hacerlo, yo misma generé una "adicción" que ahora me gustaría que no tuviera. Pero, como soy consciente de que es un problema que, al igual que el de la tele, he generado yo, ahora tengo que asumir que el los exija y respetar sus tiempos para desengancharse. Me parecería cruel quitarle el chupete sin más, sin que el estuviese preparado porque, al fin y al cabo, el no lo necesitaría si yo no se lo hubiera puesto.
En el caso de la televisión, como le gusta y pide verla algunos ratos, a excepción de los contados momentos en los que tenemos que hacer alguna cosita imprescindible, tratamos de sentarnos con el a verla y a comentar las cosas que ocurren en los dibujos. Intentamos que no la utilice como medio de desconexión o de evasión y poder compartir ese tiempo juntos.
En algunos comentarios me han dicho que es una incoherencia que alguien que defiende la crianza natural, como es mi caso, ponga a su hijo cara a la televisión. Y tienen toda la razón del mundo...la intención de este post no es justificar mi actuación ni decir que es la correcta, sino explicar que se trata de un error del que no me siento orgullosa y que vengo arrastrando de un tiempo en el que estaba bastante perdida y no tenía las cosas claras en absoluto. Contrariamente a algunas opiniones, yo no me siento perdida en relación a la crianza de mi hijo...al menos no más que el resto. En cambio lo que si siento es que he cometido errores que me han llevado a incoherencias y sinsentidos.
Quiero aprovechar esto para aconsejar a otros futuros padres a que no comentan el error que yo cometí al llegar a la maternidad sin saber quien era ni lo que quería...ser padres es el trabajo mas dificil y más importante que realizaremos en la vida y tenemos que prepararnos para ello como merece. Yo no lo hice, lo que me llevó a cometer errores que me gustaría no haber cometido y a ir aprendiendo y rectificando por el camino. Hoy por hoy me siento muy satisfecha del punto en el que me encuentro, pero sé que el trabajo que ahora estoy haciendo lo tendría que haber realizado antes.
Y tampoco pretendo culpabilizar a quienes ponen a sus hijos delante de la tele...no critico el acto en sí, sino la incoherencia entre este acto y mi forma de entender la crianza.
Sé que no soy perfecta ...no lo pretendo y, por lo tanto, tampoco me fustigo por mis errores. Pero los reconozco, sé que están ahí y tomo nota de ellos para no tropezar dos veces en la misma piedra.