David yáñez barroso

Por Acalvogalan



Mencionado por:
José María Cumbreño
Ramón Egea
Daniel Fragoso Torres
Menciona a:
Ramón Egea
Roberto Domínguez Moro
Elia Maqueda
Bio-bibliografía
David Yáñez Barroso, Cáceres 1982. Cineasta y escritor, odia por igual a los productores audiovisuales y a los editores literarios. Ha publicado “Resistir al presente” (Ed. Litera Libros, 2007), participó en la antología “El sol desmantelado” -W. H. Auden revisitado- (Alb@tros press, 2007) y ha publicado textos en revistas literarias como “El Perro” o fanzines como “Bar Sobia” o “Los Avengers”.
Poética
El respeto a las palabras
nos ha hecho poetas,
el miedo nos hará hombres.
Poemas
ELLA, A LOS QUINCE AÑOS
brillaba como una lámpara de araña
________[en medio de un incendio.
Ese año
prendí fuego a la casa de mis padres.
LÍNEA CIRCULAR, OCTUBRE

Empecé a creer en algo.
No era Dios,
pero era lo suficientemente parecido
como para sentirse culpable a veces
______[y feliz el resto del tiempo.
…Dios. Buena cosa.
Me hubiera gustado haber seguido creyendo
pasados los doce años,
o sentir añoranza de mi pueblo algunos días
o no lo sé, tener algo prestado.
Algo que realmente me importase lo suficiente
para poder lanzarlo ahora contra la pared
y hacerlo añicos,
y destrozar la habitación entera después
y pasado un rato
sentirme como un completo estúpido,
un hombre de alardes y sombras chinescas,
un poeta.
Quizá ese es el problema,
no hay nada de mi talla aquí.
Todos los poetas que estudié en el instituto
eran maricones.
Y tampoco aprendí nunca a jugar al fútbol.
DARWINISMO (tengo manos pequeñas de marica)
En un desesperado intento por mantener la ignorancia de la humanidad, mi padre, me regaló, por mi dieciocho cumpleaños, las enseñanzas de Darwin para explicar el mundo. Esto negaría con argumentos científicos todos sus genes vergonzantes y afecciones congénitas en mí, pues dibujaba el más alto eslabón de la especie.
Tengo manos pequeñas de marica
manos que sólo sirven bien en la cocina
o en los avatares de este arte inútil,
manos para tallar musas
a imagen de mujeres desnudas,
manos para el placer de los otros sentidos,
para esconder pequeños objetos de la vista,
pero que nada pueden contra la luz del sol
o las mujeres reales, rabiosas.
Tengo manos pequeñas de marica
no manos grandes y viriles
como mi padre o mi hermano.
No heredé de mi padre sus manos recias
manos de tierra seca
hechas para las empuñaduras y los mangos.
No tengo como mi hermano
manos fuertes e inexpertas
manos de gladiador
para atemorizar a los hombres
e inculcar la palabra con la sangre
manos que pueden desafiar toda ley física
y que nunca tiemblan con el frío.
Mis manos son pequeñas y hábiles
manos de costurera o de geisha
que sólo saben moverse diestramente
por los cuerpos ajenos,
manos nudosas, de huesos finos,
dedos cortos y torcidos
que solo se acomodan bien a las malas posturas
y adolecen de toda su destreza a la luz del día,
manos
que de nada sirven a un hombre.