Calificación:
Crítica: 6,205 Público: 6,405 España: 5,356 Rugoleor: 5,922
Ficha:
Título Original: Daybreakers
Directores: Michael Spierig, Peter Spierig
Guionistas: Michael Spierig, Peter Spierig
Intérpretes: Ethan Hawke, Willem Dafoe, Claudia Karvan, Sam Neill, Isabel Lucas, Vince Colosimo, Michael Dorman, Callum McLean, Jay Laga’aia, Michelle Atkinson
Productores: Chris Brown, Bryan Furst, Sean Furst
Fotografía: Ben Nott
Música: Christopher Gordon
Montaje: Matt Villa
Nacionalidad: Australia, Estados Unidos
Año: 2.009
Duración: 96 minutos
Edad: 18 años
Género: Acción, Ciencia Ficción, Drama, Suspense, Terror
Distribuidora: DeAPlaneta, S. L.
Estreno: 26-02-2.010
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España
Espectadores: 141.738
Recaudación: 864.095,74 €
Calificación única: 6,224 (635.647 valoraciones)
Puesto / Total: 36 / 62
Sinopsis:
En el año 2.019 los vampiros se han hecho dueños del mundo. Estos seres se alimentan de seres humanos, que se están extinguiendo. Un grupo de vampiros luchará para salvar a los pocos humanos que quedan vivos y hallar otra forma de alimentarse y sobrevivir.
Comentario:
Los australianos hermanos Spierig dan una nueva vuelta de tuerca al género vampírico en esta cinta que parte de una premisa apocalíptica: en el año 2.019, casi todos los habitantes del planeta se han transformado en estas criaturas y se encuentran al borde del colapso a causa de la escasez de sangre humana. Su salvación está en manos de Edward Dalton (Ethan Hawke), un vampiro investigador que no se alimenta de sangre humana y que trata de sintetizar un sucedáneo alimenticio para sus congéneres.
Crítica:
01-03-2.010 – JOSU EGUREN
El planeta de los vampiros
Con la cantidad de no-muertos que deambula por las salas de cine las posibilidades de hallar argumentos frescos y originales se reducen a nada. Sólo los desmemoriados verán en la propuesta de los hermanos Spierig trazas de un giro de tuerca al subgénero, aunque tarde o temprano se toparán de bruces con la saga planetaria de Franklin J. Schaffner o descubrirán que el plasma que alimenta las venas de “Daybreakers” es el mismo de “La adicción” de Ferrara. En un mañana distócico, los vampiros han sometido a la raza humana, calcando nuestros vicios hiperconsumistas hasta tal punto que han puesto en peligro su inmortalidad. La metáfora sobre el capitalismo puede hacernos temblar media hora pero, tras varias visitas a una granja de sangre gótica, en las que se subrayan las evidentes analogías con las multinacionales alimentarias, el guión enfila la salida más próxima para devenir en un ‘thriller’ rutinario. Por el camino, un par de apuntes interesantes: el maltrato a las clases menos favorecidas, y la violencia que emplean las tropas de los Estados totalitarios. La escenificación puede resultar morbosa, pero el tándem logra que el espectador empatice con una casta de sub-mutantes vampíricos primos-hermanos de los antiglobalizadores de Davos. Una vez apurada la tesis, el problema aparece cuando hay que apuntalar la trama. Optan por resucitar a un Van Helsing de colmillos largos añadiéndole gotas hemo-dramáticas, explorando el conflicto filial que surge cuando dos vampiros deciden tomar direcciones opuestas. Ethan Hawke camina hacia la luz, buscando una curación para su polidipsia en una alianza improbable con un grupo de rebeldes humanos, y todo culmina en un previsible y terco enfrentamiento con los cazadores de hombres.
“Daybreakers” se siente más próxima al expresionismo tenebrista de “Dark City” que al ‘spaghetti-western’ hemoglobínico de John Carpenter, pero su precisa trascripción de nuestro presente político no es suficiente argumento para prestarle atención durante hora y media.