Resulta curioso el hecho de que cuando tienen que abordar una producción de dibujos animados, los guionistas de DC despliegan mucha más imaginación que en las películas de imagen real, cuya continuidad en la actualidad sigue siendo un verdadero caos. En esta ocasión han tenido la idea de dirigirse al público más infantil a través de las aventuras de las mascotas - o futuras mascotas - de los superhéroes más famosos de la compañía. El resultado es un producto muy cuidado, de alta calidad, que denota un gran amor por los personajes, a los cuales sabe retratar con trazos muy precisos, huyendo de complejidades. Lo bueno es que la película es muy entretenida para cualquier adulto que lleve a sus hijos o sobrinos a verla. Además, es una cinta repleta de buenos valores clásicos en la que no faltan buenos toques de humor, no todos para niños.