Pero hablar de The war lord es hacerlo de mucho más que cine. Es hacerlo de la belleza de Rosemary Forsyth, la rubia actriz de Montreal que cuando se transformó en la ingenua y trágica Bronwyn cautivó al poeta barcelonés Juan Eduardo Cirlot (1916-1973), quien le dedicaría un ciclo de más de 600 páginas repletas de símbolos, anagramas y variaciones fonovisuales, la delicada mujer como centro del lugar que renace eternamente. Es hacerlo de cómo Orco-Lucha mató al Dragón, mitades de Géminis. Del nacimiento de la vida en el agua. Del cansancio del hombre.
En el libro 1001 películas que hay que ver antes de morir (Editorial Grijalbo) se detallan 3 títulos de F. J. Schaffner: Planet of the apes (El planeta de los simios, 1969); Patton (1970) y Papillon (1973).