Der Nadle, la Aguja, es el nombre en clave de Heinrich Faber (Donald Sutherland), un espía nazi infiltrado en los ferrocarriles británicos como Henry Faber, que ha de realizar una última misión antes ser rescatado por un submarino que le esperará frente a las costas escocesas y le llevará a entrevistarse personalmente con el Fürher. Tras cumplir su misión, descubrir cómo se producirá el desembarco temido, se dirige al lugar de encuentro. En su huida precipitada, es arrojado por el mar a Storm Island, pequeña localidad que sólo sabe de la vida de David Ross (Christopher Cazenove), militar de aviación inválido tras un accidente automovilístico en su viaje de bodas, su esposa, la desdichada Lucy (Kate Nelligan), su pequeño hijo y un farero aficionado a la bebida. Si escapar de la inteligencia militar fue fácil, hacerlo de una mujer quizá no lo sea tanto.
Con un arranque trepidante y sórdido propio de un film de espías, lo que podría parecer en una primera y rápida lectura Eye of the needle (El ojo de la aguja, 1981), o el best seller de Ken Follet que había detrás, la acción, cuando se traslada a la inhóspita isla, deriva en un thriller donde el amor confunde y el mal acecha en cada rincón, con persecución cercana al gore incluída. Eye of the needle podía tratarse por tanto de la típica producción donde un extraño viene a caer en un hogar con una mujer frustrada que se entrega en cuerpo y alma para descubrir el peligro de ignorar el origen, y el destino, del hombre que llegó a las costas de su vida, pero va mucho más allá: el cansancio de los personajes, de trazo fino, queda por encima de cualquier truculencia o paisaje agreste y memorable.
Fantástico entretenimiento que ofrece mucho más de lo esperado, bastante olvidado a pesar de alguna reivindicación bollywoodiense, con una Kate Nelligan perfecta y plena en el papel de la esposa hastiada que la lanzaría al estrellato, un Donald Sutherland tan hipnótico y entregado como casi siempre y un Richard Marquand en la dirección tan solvente, con sobria y magnífica puesta de cámara en los exteriores, que dejó tan impresionado a George Lucas que le llamó para dirigir su tercera parte de Star Wars.
Eye of the needle (El ojo de la aguja, 1981)
En el libro 1001 películas que hay que ver antes de morir (Editorial Grijalbo) se detalla 1 título de R. Marquand:Star Wars: Episode VI-Return of the Jedi (El retorno del Jedi, 1983).