Ahora vemos al mismo joven, más maduro, convertido en un escritor de cierto éxito que departe con sus lectores parisinos acerca de la creación de su primer libro, una novela que guarda un razonable parecido con la aventura que vivió en su visita al viejo continente tiempo atrás. Entre los asistentes descubre a la chica protagonista del libro, de la excursión vienesa. Definitivamente, han pasado los años. Y entre preguntas sobre sus vidas, enumeración de sus decepciones amorosas, paseos por jardines, el Seine, y discusiones, cae la tarde. El tiempo los ha cambiado, ella ahora es una activista ecológica concienciada y él firma libros, pero siguen siendo los mismos ilusos y enamorados, siguen sin saber afrontar el futuro solos. Y el escritor demora su partida al avión que ha de poner fin a la gira promocional. (Si es la segunda o tercera vez que se cruzan en la vida -durante un tiempo coincidente ambos vivieron, ¿sin encontrarse?, en La Gran Manzana-, deberá descubrirlo el espectador, al igual que lo sucedido en la noche en el parque: ambos episodios, no por previsibles y sutilmente contados antes de las revelaciones finales, son menos interesantes.)
Protagonizadas por Ethan Hawke (Jesse) y Julie Delpy (Celine), Before sunrise (Antes del amanecer, 1995) y Before sunset (Antes del atardecer, 2004) fueron dirigidas con gran éxito, paciencia y saber -los flashbacks son mínimos y tratados como los fogonazos de luz que nos asaltan al encontrarnos con una amistad a quien hace tiempo que no veíamos- por el tejano Richard Linklater. Demorando la cita pactada, esperando el tiempo preciso de maceración del romance, a Linklater le bastan 3 horas (105 minutos la primera, apenas 80 la segunda), para rodar su versión indie y moderna del amor a los veinte, cruce, moderado y con distancias, de clásicos como Roman holiday (Vacaciones en Roma, 1953), de William Wyler y Love affair (Tú y yo, 1939)/An affair to remember (tú y yo, 1957), original y remake de Leo McCarey. Y lo hace llenando los fotogramas de palabras, como parecía que sólo sabía hacer un maestro como Rohmer, de paseos por entre plazas y callejuelas semidesiertas bajo la luna llena o en un bateau-mouche dorado por el crepúsculo, de charlas en cafés y avenidas, como lo hace otro maestro con seudónimo, Woody Allen. Si la segunda resulta cinta más amarga es por el peso que acompaña todo crecimiento, toda vivencia, el poso de las experiencias: han entrado en la treintena, han madurado y la conversación es buena muestra de su aprendizaje, del conocimiento adquirido sobre el arte, la ciencia, la historia, la vida, y si bien aprovechó a ambos personajes para Waking life (2001), especie de recopilación de su obra hasta la fecha, la conversión de los mismos en dibujos animados, un experimento notable a pesar de sus limitaciones, le confiere a ese breve episodio, al estar ubicado en un dormitorio, un carácter de sueño, o anticipación de futuro, que para nada altera la reaparición de unos personajes al borde del abismo emocional.
Sobresalientes los actores, que aportaron experiencias personales al guión del reencuentro (Ethan no atravesaba los mejores momentos de su matrimonio con Uma Thurman y Julie Delpy nos mostrará su talento musical), texto que, como el primigenio, venía firmado por el propio director y la escritora Kim Krizan, Linklater, que en su debut, Slacker (1991), ya había demostrado su capacidad para condensar la vida cotidiana en un breve espacio de tiempo, certificó nueve años después de Before sunrise ser un romántico empedernido, si bien de no haber rodado Before sunset, aquella seguiría siendo igual de fascinante y recomendable, aunque, ¿quién no ha fantaseado con saber qué fue los supervivientes de Peter's friends (Los amigos de Peter, 1992); Laura Jensson, la protagonista de Brief encounter (Breve encuentro, 1945); los compañeros de Beautiful girls (1996), en especial las coincidencias o discordias entre la vecina lolita y la actriz que la interpretaba? Y el acierto se basa en volver con unos personajes que no han sido creados pensando en sagas de enormes resultados económicos, hecho muy dado entre los héroes del cine de acción, recordemos a Tarzán, Maciste, James Bond, Indiana Jones, Lukas Skywalker, Frodo..., si no a la perfecta identificación del espectador con ellos, especiales y anónimos a un tiempo, como sucediera con la osada Mrs. Miniver.
Que se trata de dos cintas especiales, con una cuidada fotografía urbana y una utilización maravillosa de la música que acompaña a la imagen, no supeditando esta a los acordes, lo descubrirá el cinéfilo -el plano final de Before sunrise con la anciana encorvada parece un homenaje a Kiewslowski, el director que tejió la parte central de su trilogía de los colores en torno a la esposa despechada interpretada por Julie Delpy- o el aficionado a la literatura, que tropezará en varias ocasiones con referencias al mundo del Ulises de Joyce: el primer encuentro se produce un 16 de junio, un Bloomsday; el disco que escuchan juntos en una cabina viene firmado por un cantante folkie apellidada Bloom, y la librería en la que Jesse presenta su novela es la mítica Shakespeare and company, la misma que hizo posible la publicación de la obra capital de la narrativa del siglo XX; ello sin mencionar que el libro del irlándes es un callejear enriquecedor y un parlamento perpetuo. Si en su momento hubo que esperar 9 años para una continuación a la que no le sobra un sólo plano -¡las prisas de Jesse por verla bajo la luz solar, por sentarla, sentirla, en sus rodillas!; el sugerente cimbreo de las caderas de Celine a ritmo de Nina Simone-, hoy podemos disfrutar de un programa doble, sorprendente y mágico, un experimento mucho más moderno y seductor que otros cargados de efectos especiales y besos a destiempo, que va mucho más allá de la fantasía viril de conocer a un francesa abierta y disponible, tópico aquí rodeado de otros igualmente feroces y desarmados.
Actores y director siempre han mostrado su acuerdo en que Jesse y Celine podrían protagonizar un sinfin de aventuras filmicas, al estilo de las que filmó Truffaut con Antonie Doiniel-Colette/Christine Darbon, pero mientras ese momento llega o se desvanece, dejemos al chófer en la entrada del patio esperando a Jesse, un Jesse acomodado en el apartamento de una Celine encantadora y radiante, enriquecidos nosotros al saber que los recuerdos son maravillosos cuando no tenemos que afrontar el pasado.
Before sunrise (Antes del amanecer, 1995)
En el libro 1001 películas que hay que ver antes de morir (Editorial Grijalbo) se detalla 1 título de R. Linklater: Slacker (1991).