Recuerdo a los lectores que en abril dejé el gimnasio después de un año de intenso entrenamiento, donde conseguí quemar 22 kilos -ante la asombrada mirada de entrenadores que me miraban raro-.
Me he estabilizado entre 67,5/69 comiendo con sentido común y permitiéndome muchas licencias. Por ejemplo, he descubierto que estudiar me provoca ganas de comer chocolate y pistachos -y yo le doy a mi cuerpo lo que me pide- puede que porque necesitara magnesio.
El caso es que a pesar de haber parado de hacer ejercicio y aumentar considerablemente mi ingesta calórica, no he engordado. Así que estoy muy contenta :) y después de haber cumplido otro reto/sueño, vuelvo a la actividad, con la intención de tonificar y conseguir hacer dominadas (una por lo menos de ahora a agosto jaja).
Por cierto, mi gimnasio era Metropolitan, por si quieren patrocinarme o contratarme de recepcionista, que estoy hasta las narices de mis trabajos actuales jajaja.