De abusones y pardillos

Por Virginia Silence @mamipreocupona

PARA QUE LLORE EL MÍO, QUE LLORE EL DE OTRA

Publicada el 04/02/2018

Hoy os quiero hablar de la tendencia a pensar que sobreprotegemos a nuestros vástagos. Y puede ser, pero me pregunto ¿y qué tiene de malo?

Yo lo intento por activa y por pasiva -me refiero, claro, a intentar darle cierta autonomía-. Con sus ya casi dos años, me ayuda a traer las cosas para el desayuno, incluso intenta hacérselo él. Ya recoge su plato, vaso, envase de turno... y lo lleva a su sitio. Aquí he de puntualizar que me ha costado horrores conseguir que la ropa vaya a la lavadora (y no a la basura), la basura a su determinado sitio (los envases a la bolsa amarilla, orgánico -y pañales, que eso si es preocupante que aparezca en un cajón del armario-. Intenta vestirse solo, incluso cambiarse el pañal (en este punto matizo que se lo quita, lo suelta por ahí, se mea donde pilla y, eso sí, luego intenta ponerse un "pañá impito"). Comer ya come solito (eso sí, con supervisión si no quieres recoger restos de puré de las cortinas)...

Bueno, pues resulta que no dejo de escuchar críticas sobre los padres (y sobretodo madres y abuelas) que sobreprotegen a los niños. He de reconocer que incluso yo misma lo he pensado de más de un niño 'sobreprotegido'. Esos niños que no se pueden columpiar solos con dos y tres años, por si se caen, que no comen solos, por si se manchan...

Pero ay, amigo, desde que me estrené como madre la cosa ha cambiado -y no sé si para bien-. Vives angustiada pensando que le pueden pasar 'chorrocientas' mil cosas a tu angelito. Qué digo pensar, visualizas las mil y una forma de que se escalabré, se quede 'cojito' pa 'toa la vida', lerdo o peor aún.

Porque a la que te despistas un segundo, ya la estás pifiando y por ende condenando a tu 'Croquetito' a un futuro incierto. Por tu mala gestión materna. Haz click para twittear

No sé si os habré contado que mi 'Pancibola' ha pasado por fases, y cuando digo fases me refiero a un cambio brutal y absoluto de su personalidad. Vamos, que porque la cara es la misma, pero su carácter cambia igual que la talla.

Tiene épocas en las que no duda en coger lo que quiere, cuando quiere y de las manos (o estante de tienda) que le dé la gana. Sin el mayor problema, ve algo, le gusta, lo quiere, lo coge, si es de otro y no lo suelta... Le casca un guantazo, se lo quita y después se chulea delante del niño en cuestión. Tantas veces le he reprendido esta actitud de abusón de instituto, que le he debido traumatizar y por eso, pasa de 'fase'.

En esta 'pseudopersonalidad' es básicamente gilipollas, con perdón. Misma situación, en el parque, en el cole, en una tienda... Jamás se le ocurre coger algo sin permiso y menos aún a otro niño. Se me queda como alelado mirando el coche, la pelota... (o lo que sea que tiene el otro niño). Se acerca, le pone ojitos pero si pasa y/o ni capta las indirectas. Se va a jugar a otro sitio -aunque de vez en cuando se le van los ojillos al juguete en cuestión-.

Pero es que hemos llegado a un punto -espero que con retorno- en el que el 'pavisoso' de mi hijo se deja quitar sus juguetes (a veces se queda tan pancho con cara de circustancia, otras forcejea un poco y otras le toca llorar. Esto es así. Y me da muchísima rabia, más que antes vergüenza cuando lo hacía él -he de reconocer-.

No sé yo si gestiono bien esto de la educación, tan pronto se me sube a la chepa con sus " no, no quero. Yo zolito. Zoy mayó. Séntate aquí, mamá. Eto no guta Pabo. Poque no (y su versión: "poque nolaga") ... Y un larguísimo etcétera de frases que desprenden mucha negatividad -como diría Louis Van Gaal-.

Al percatarme de situación, empecé a hacer la vista gorda si mi 'Salchicha peleona' se defendía. A ver si así aumentaba su seguridad y aprendía a decir que no.

A Pablo le va quedando claro que no se pega y no se quitan las cosas, pero ni él ni nadie. Y muy hartito le tienen que tener para que suelte la mano.

El otro día en el parque, mientras jugaba "a coches bum, bum, pumba" con un 'compiparque' y yo hablaba con su madre a una distancia prudencial. Veo que viene un niño de unos cinco o seis años (con más brazo que yo), se acerca a estos dos y sin mediar palabra intenta quitar su cochecito al 'compiparque' y como pone resistencia, va a por el del mío. Se lo quita, mi niño llorando y yo sin saber qué hacer, me iba a buscar al niño y le explicaba las cuatro cosas que le deberían haber explicado sus padres. O me quedaba a consolar a mi hijo.

Sobra decir que se aceleraron las 'pulsis', se me hinchó la vena y ni me lo pensé. Cogí a Pablete y mientras le consolaba con abrazos y 'besos mágicos de madre' (de esos que todo lo curan). Y me fui directa a por el 'abusón', le pregunté si le había quitado el coche al niño pequeño que llevaba en brazos llorando. -El pobre niño no sabía dónde meterse-. Lo reconoció y le obligué a pedir perdón a Pablo (igual que lo he hecho cuando ha sido mi niño el liante, pero oh, sorpresa, el niño 'abusón' parecía estar solo).

Ante situaciones así me sale un instinto 'madrujil' que me sorprendo yo misma, cuando le espeto a algún crío: "Ya os he avisado, salid de la zona infantil. El balón queda confiscado. Si tienes algún problema que venga tu madre y me lo diga"

Y aquí es donde me pregunto: ¿Le estaré sobreprotegiendo?. La vida no siempre será un camino de rosas, y mi niño tiene que aprender a defenderse, porque no siempre va a haber un adulto que medie, un niño mayor que le defienda... Porque me parte el alma ver que hacen daño a mi 'Pancibola' y no puedo evitar mediar.

Es duro ver que tu hijo va de 'malote' por la vida. pero es durísimo ver que es tu pequeñín el que 'pilla'.