Luego de una racha de meses con varias afecciones respiratorias, de diciembre a febrero, Nicolás había recibido ya 3 veces antibióticos y yo ya estaba angustiada y agotada.
Tomando en cuenta que esto nunca nos paso con Dany y Bobby, mi esposo y yo decidimos buscar un especialista.
Justo una amiga médico nos recomendó un Médico Pediatra – Neumólogo – Homeópata.
En la segunda cita le realizaron una prueba de alergias, en la que resultó alérgico a los lácteos y al chocolate (lo mas rico 😞). Decidimos hacer las pruebas a los otros dos y Sorpresa! Resultaron alérgicos también a algunos alimentos; Dany al limón y Bobby a los lácteos y al chocolate también.
Esto implicó un cambio radical en nuestra alimentación. Realizamos una reeducación no solo para nosotros, sino para todas las personas que conviven con los niños y para ellos mismos.
Ahora el tema de las alergias en los niños parece tan común que podemos tomarlo con ligereza, pero es un padecimiento que puede tener consecuencias graves o contribuir a otras enfermedades o molestias crónicas.
Es un reto diario que genera muchas dudas al principio: qué les pongo en la lonchera? Y si comen algo que no deben y yo no estoy? Cómo hago para que tengan siempre los nutrientes necesarios?
Les comparto 5 aspectos importantes que nos ayudaron y espero les sirvan a ustedes, si se enfrentan a algo similar.
1. Infórmate.
– No es lo mismo alergia a la lactosa que intolerancia a la lactosa.
La alergia afecta el sistema inmunológico y genera reacciones variadas, que van desde tos, irritación en la piel, secreción nasal; y puede variar en manifestación e intensidad de una persona a otra. Lo más común son las afecciones en la piel y en vías respiratorias como asma, bronquitis, entre otras.
La intolerancia provoca malestar en el sistema digestivo, generalmente provoca diarrea, gases o estreñimiento. También varía en cada persona.
– Lee bien las etiquetas de los productos que compras, ya que muchos pueden contener lactosa y generar una reacción alérgica.
2. Busca sustitutos.
Los lácteos son fuente de proteínas y calcio, pero no son la única. Muchos vegetales contienen igual cantidad de calcio que un vaso de leche. Además existe la leche de soya, coco, arroz y almendra; que también pueden aportar nutrientes sin afectar la salud de tus pequeños.
Acá les comparto varios sitios donde pueden encontrar recetas y opciones libres de lácteos y otros alimentos alergenos.
- Mi menú sin leche
- Cocina sin
3. Conoce a tus hijos.
A pesar de que Bobby y Nicolas padecen del mismo tipo de alergia, en ambos se manifiesta de diferente manera. Cada niño es único, y debemos aprender a identificar cómo cada uno reacciona ante la exposición al elemento alergeno. Hay personas que sólo con oler o tocar algo que les causa alergia ya tienen una reacción. Las reacciones o manifestaciones pueden ir desde secreción nasal, erupciones en el cuerpo, hasta un choque anafiláctico. Lo más importante es saber intervenir a tiempo, y que no se tenga consecuencias graves.
4. Comunícate.
Primero habla con tus hijos sobre sus alergias, qué cosas no puede comer o qué deben evitar. Nunca es muy pronto para comenzar. Aunque sean pequeños es bueno que estén enterados y aprendan a prevenir lo que les hace mal. Si es necesario puedes colocarles una pulsera donde se indique cual es su alergia y número de contacto en caso de emergencias; para alertar a niñeras, profesores y otras personas con las que convivan.
Los familiares cercanos y educadores también deben ser debidamente informados sobre el tipo de alergias, qué hacer y a quien acudir si algo pasa.
5. No temas decir no.
Esto es muy complejo. En casa es difícil privar a todos de los alimentos que solo algunos no pueden comer.
Es más fácil esconder los alimentos? No incluirlos en la mesa? Si, pero esto no lo podrás controlar siempre.
Es mejor educar la voluntad y la templanza de nuestros hijos, enseñarles que no siempre podrán tomar lo que vean o deseen, aunque sea rico y otros lo hagan. Así ellos actuarán según su conciencia aunque no estemos cerca.
Nosotros debemos superar esas penas humanas que muchas veces nos hacen ceder ante las presiones de familiares o amigos. Si tu tía le ofrece a tu hijo un pan con queso, es mejor rechazarlo con amabilidad, aunque la tía se moleste o se resienta, a que tu hijo se enferme.
Aunque no tenemos el control de todo lo que pasa alrededor de nuestros tesoros, espero estos puntos ayuden a hacer de este reto algo más fácil. Así será si trabajas en equipo con tu familia.
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