De atajos legislativos, bodas ministeriales y otras historias

 Los Ministros comunitarios de  Medio Ambiente dejaron el pasado jueves bien claro su rechazo a la propuesta del Comisario de Salud de la UE, John Dalli que pretendía dejar a los países miembros la autoridad para suspender o aprobar el cultivo de semillas transgénicas en sus territorios.

Según una nota emitida por la la agencia EFE, España, Francia, Alemania e Italia fueron los países que más claramente se pronunciaron en contra de la idea del Ejecutivo comunitario de reforzar el poder de decisión de los estados miembros. España porque considera que estas atribuciones dejarían sin valor alguno las decisiones de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

A Francia tampoco le convence porque piensa que no supone un aumento de los estudios sobre los impactos medioambientales y socioeconómicos. Alemania la ha calificado de “chapuza jurídica” de un modo elegante: “La propuesta no tiene una base legislativa sólida y al dar más poder a los gobiernos nacionales para decidir, debilita el mercado interior europeo”, comentó su ministro de Medio Ambiente, Norbert  Rötgenn. Por el contrario, los países más críticos con el cultivo de transgénicos, como Austria y Holanda, son más receptivos a la propuesta del Comisario de Sanidad.

Ahora toca esperar a la evaluación de los expertos jurídicos comunitarios que será publicada el próximo jueves 21 de octubre para saber si arroja algo más de luz sobre este tema. Mientras tanto,  Dalli se aferra a su propuesta y sigue sin perder la esperanza de que acabe por salir adelante. Pero en el tema de la regulación de OMGs los atajos no suelen funcionar. La Comisión se quiso quitar la patata caliente de verse obligada a tener siempre la última palabra a la hora de autorizar nuevos eventos, pero parece que los ministros no se lo van a poner tan fácil…

Hablando de ministros,  Elena Espinosa, se unió en matrimonio con la multinacional Monsanto el pasado viernes en una parodia escenificada por Amigos de la Tierra y secundada por el sindicato agrario COAG.  Por las fotos, parece que fue una ceremonia así como bastante austera e íntima… Dónde no faltaron ni  flores ni velo. Una lástima que la asociación ecologista no invitara también al convite a los miles de agricultores españoles que llevan más de una década beneficiándose de esta tecnología. Más de uno seguro que les hubiera dicho a los organizadores de esta reivindicativo sarao: “Ande yo cultivando… ”.

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