DESNIVEL ACUMULADO: 350 METROS
NOTA: Desde este blog además de mostraros esta maravilla que es la Cueva del Cobijero, PIDO que aquellos que visitéis la cueva la respetéis, y que con la masificación que trae el conocimiento de estos sitios gracias a internet no acabe destrozando para siempre un lugar tan mágico como este. También hay que tener cuidado con entrar en ella cuando la mar está agitada, pues es peligrosa.
Dejamos un vehículo en Buelna, población llanisca donde destaca el palacio que perteneció al conde del Valle de Pendueles (siglo XVIII, con reformas posteriores), y la casa Conceyu, con torre-campanario medieval.
Comenzamos recorriendo sus calles en dirección a la costa, siguiendo las indicaciones hacia la playa del Cobijeru. Encontramos importantes casonas de piedra de atractiva arquitectura popular.
La señalización lleva a un sendero que cruza las praderas en dirección al mar. A la izquierda, en el pastizal surge un arroyo bajo un saliente de roca caliza. Es el arroyo de Las Salces que pocos metros después penetra en la Cueva de Las Raíces. Espectacular cavidad donde se sume el arroyo.
seguimos nuestro recorrido siguiendo la costa, atravesando praderías por un pequeño sendero bien marcado y que corre paralelo a los acantilados.
Encontrando accidentes geológicos interesantes como esta cueva horadada por un pequeño arroyo que lo lleva hasta el mar.
En la zona caliza que vemos en la foto se encuentran el bufón de Santiuste, no nos acercamos a el ya que el mar se encuentra totalmente en calma y no "bufa".
Llegamos a un cruce de camino, donde un sinuoso sendero a nuestra izquierda nos llevaría a la playa de Mendía (solo recomendable en bajamar), nos acercamos al acantilado para observar la playa rematada por el promontorio de Punta Cebollera
Desde el mismo mirador bajamos por una estrecha senda, debidamente balizada que con una serie de escalones nos desciende hasta las fincas de Tronía. Si miramos a la izquierda de Tronía, vemos donde se encuentra la estrecha ensenada de Rejolgueru (flecha amarilla)a la que haremos una visita.
La cueva del Pindal es Patrimonio Cultural de la Humanidad desde el 8 de julio de 2008.En ella encontramos pinturas rupestres de entre 13.000 y 18.000 años de antiguedad. Por desgracia se encontraba cerrada a estas horas.
La dedicación de este templo a este santo no es casualidad y es que Pimiango, la parroquia de Ribadedeva más cercana a la costa, ha sido, tradicionalmente, la que vivió de espaldas al mar.
Históricamente, en Pimiango no hubo marineros, sino zapateros (llegando un catastro del siglo XVIII a fijar el 60% de la población de Pimiango ejerciendo este oficio). El motivo del abandono de las artes pesqueras tiene su explicación: Una fuerte e inesperada galerna hizo zozobrar las pequeñas lanchas de los pescadores de Las Bajuras, Pimiango. Perecieron la mayoría, quedando la población prácticamente representada por las mujeres, los ancianos y los niños.
Desde aquella desgracia, se prometieron no volver a dedicarse a la pesca en el mar y así es que se dedicaron a otras actividades que no tuvieran tanto riesgo. Fue de esta forma como se cree que a principios del siglo XVI empezó a florecer en Pimiango la profesión de zapatero.
Los zapateros de Pimiango alcanzaron un gran prestigio por aquel entonces.
La materia prima para elaborar los zapatos también se producía en la zona: cerca de Bustio hay un lugar de nombre El Curtido donde se preparaban las pieles de vaca y caballo. El tanino utilizado para curtirlas se extraía de las cortezas de las encinas con ayuda de un molino de mareas. eran itinerantes.
Ejercían su oficio por Cantabria, el País Vasco, Asturias y el norte de Castilla y, para entenderse 'sólo' entre ellos, utilizaban un argot o una jerga, el 'mansolea', el habla de los hombres de la suela, que llega hasta nuestros tiempos.
Buceando por la web encontré este interesantísimo blog donde habla de esta jerga y recoge el vocabulario que aún se conserva http://renglonesperdidos.blogspot.com.es/2011/08/el-mansolea.html
Esta iglesia data del siglo XVI de planta rectangular con amplio y protegido pórtico y estancia para peregrinos adosada.
Se trata de un encinar esclerófilo mediterráneo (amante de la sequía) como reliquia de un periodo, hace más de 5.000 años en pleno Holoceno, con clima más seco, al de la actual Asturias, de clima húmedo oceánico.
El encinar se ha conservado en los cuetos calizos, donde la permeabilidad del cars, ha dejado los suelos lejos del nivel freático, y la guadaña del ganadero no pudo entrar por la presencia de tanta roca en la misma superficie.
Enlazamos con el GR AS-19 por el que seguimos plácidamente hasta llegar a Pimiango donde tenemos el otro vehículo