Es curioso ver como a lo largo de la historia los seres humanos han cambiado de mentalidad y, cómo los conceptos han acompañado en esta transformación. Fue Reinhart Koselleck quien percibió en primer lugar este tipo de metodología aplicable al estudio histórico. Hoy en día la historia conceptual es una metodología en auge y, en el País Vasco tenemos la suerte de disponer a un gran especialista en esta materia: el Catedrático de la UPV-EHU Javier Fernández Sebastián.
“¿Qué es la historia conceptual? Podría definirse como una historia de las palabras claves que ayudan al historiador o al investigador de CCSS a construir su relato de hechos. Las palabras, al igual que las sociedades, también cambian y enfrentan transformaciones que a veces las tornan irreconocibles para una misma generación de ciudadanos en el transcurso de una vida. Los historiadores a veces tienden a dar por supuesto que conceptos claves de sus relatos tienen un significado actual similar al que tenían dos siglos atrás, lo que provoca claramente un uso anacrónico de éstos.”
Durante la Edad Moderna el pensamiento católico y conservador se propagó sin apenas cuestionarse entre la mayoría de individuos de la monarquía hispánica. A lo largo de los siglos XVIII y XIX se produjo en todo el mundo unas profundas transformaciones en los modos de vida de las personas y de las formas de gobierno de los incipientes estados nación. Europa fue sin duda alguna, el motor que produjo éste cambio gracias al triunfo de la Revolución francesa y su posterior difusión de las ideas liberales. Estas alteraciones también se produjeron en las palabras y conceptos que hasta entonces tuvieron un significado diferente al que se le fue dando por razones históricas, psicológicas o sociales: Nación, Patria, Ciudadano, Política… Si bien es cierto que para analizar y percibir de manera correcta este tipo de transformaciones semánticas se necesita un periodo amplio de tiempo, el siglo XXI ha adquirido un dinamismo inusitado en este sentido. Especialmente desde que estalló la crisis se percibe un cambio en ciertos conceptos. Algunos han adquirido un derrotero positivo y otros negativos. Por ejemplo democracia. Hasta hace cinco o seis años el concepto era indiscutiblemente algo positivo, hoy en día y después de que la democracia española haya sido puesta en cuestión, el término ha sido desprestigiado de manera exacerbada. Otro ejemplo puede ser el de banquero. Antes de la crisis banquero era significado de éxito, hoy en día tiene un significado totalmente diferente… lo mismo sucede con Político, con un sentido actual totalmente peyorativo para el habitante de a pie. Ciudadano es otro ejemplo claro de cómo a lo largo de la joven democracia española ha vivido en el olvido, pero parece que hoy en día el término se ha revitalizado y se ha hecho indispensable. Lo mismo sucede con Becario, cuyo uso se ha visto perjudicado en los últimos años y más al calor de las dramáticas cifras que asolan a los jóvenes.
Este artículo ha querido señalar algunos términos que un individuo puede percibir. Pero el cambio semántico de los conceptos es fruto del distinto uso que multitud de personas ofrecen a las palabras. ¿Cuál es el concepto que te gustaría añadir a ti?