De casi abortado a niño adoptado

Publicado el 07 octubre 2011 por Alchavida
El personaje de estos días es Steve Jobs. Su fallecimiento ha dado paso a un montón de elegías que nos hablan de las proezas del que algunos no dudan en llamar el Thomas Edison de este siglo. El País recoge la prehistoria del personaje:
Nacido en San Francisco, en febrero de 1955, sus padres, dos jóvenes licenciados de la Universidad de Wisconsin, decidieron darle en adopción. Su madre, según contaría el propio Jobs muchos años después, había localizado a un matrimonio de abogados de buena posición para entregarles a la criatura, pero a última hora lo rechazaron porque querían una niña. Se abrió pasó entonces una solución de urgencia, la de los Jobs, los segundos en la lista de aspirantes al bebé, un matrimonio de Mountain View, una pequeña ciudad en el área de la bahía de San Francisco (California). No puede decirse que fuera la mejor manera de llegar al mundo, pero el pequeño Steve Paul Jobs tardó en enterarse de estos detalles. […]
¿Vivió Jobs el episodio como el primer rechazo de su vida? Es imposible saberlo. En Estados Unidos no son infrecuentes los vientres de alquiler, ni este tipo de acuerdos para evitar el recurso al aborto en casos de embarazos indeseados. Pero no era lo más frecuente en los años cincuenta.
Si la decisión de la madre del que fue el cofundador de Apple hubiese sido más utilitarista y hubiese abortado, hoy no tendríamos Apple, ni iPhone, ni iPad, ni tantas otras cosas. Pero no es solo eso, es mucho más, independientemente de eso, la dignidad de una persona no se determina por su autonomía, y mucho menos por su éxito en la vida y su contribución a la sociedad.
El propio Steve Jobs, en 2005 decía en la Universidad de Stanford: "yo debía ser adoptado por graduados universitarios, así que todo estuvo arreglado para que yo fuese adoptado al nacer por un abogado y su esposa. Excepto que cuando nací, ellos decidieron en el último minuto que en realidad querían una niña. Así que mis padres [legales], que estaban en una lista de espera, recibieron una llamada en medio de la noche para preguntarles: ‘Tenemos un niño no esperado, ¿lo quieren?’. Ellos dijeron: ‘Por supuesto’. Mi madre biológica se enteró después que mi madre nunca se había graduado en la universidad y que mi padre nunca se había graduado en la escuela secundaria. Ella se negó a firmar los documentos para la adopción definitiva. Sólo cedió unos pocos meses más tarde, cuando mis padres prometieron que algún día yo iría a la universidad".