La laguna de la Fuente Blanca, aunque de origen humano, se utilizó para regar los campos de Chozas, está repoblada con carpas y cangrejos de río y docenas de aves acuáticas se pasean por sus aguas en estos días del otoño. No parece que vayan a emigrar más al sur pues los inviernos son cada año más y más suaves. Consecuencias del Calentamiento Global.
Con un poco de paciencia podremos ver docenas de aves acuáticas como cercetas, azulones y avefrías, y algún milano real cazando carpas de la laguna.
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Después de la visita a la laguna podemos elegir: ir hacia Villadangos del Páramo, que lo vemos al fondo o hacia Villar de Mazarife; la distancia es la misma. Yo elegí ir hacia Villar y aprovechar para fotografiar setas por los caminos, con tanta humedad y las temperaturas tan suaves no dejan de salir por todas partes. Se tarda apenas una hora en llegar a las primeras casas de Mazarife. Su nombre medieval era Castro de Santiago de Mazarife pero en la edad moderna lo cambiaron al actual.
De vuelta al Camino de Santiago, hemos andado poco más de un kilómetro a mayores, nos encontramos con una pequeña laguna a la entrada de Villar de Mazarife. Merece la pena parar unos minutos a descansar, hay bancos y mesas de piedra, y darse una vuelta por laguna; siempre podremos encontrar cigüeñas o lavanderas blancas, también pinzones y carboneros o herrerillos. La laguna aún no se ha helado este año y a este paso no se helará este invierno.
Otra pequeña maravilla para los amantes de las aves acuáticas y la ornitología en el Camino de Santiago, ¡y tan solo habremos añadido un par de kilómetros a nuestra etapa del día. ¿No merece la pena el esfuerzo?
Daniel Paniagua Díez