De ciudadano de una nación, a ciudadano del mundo

Por Achristin


Desde este blog hemos señalado el carácter complejo de la idea de "Calidad Educativa", y señalado a los aportes que debe hacer la escuela para lograr una sociedad verdaderamente democrática como una de sus aristas más importantes. En esta publicación la autora se refiere a la forma de perfilar una educación para la ciudadanía.

Un componente de la educación para la ciudadanía democrática apunta a la formación de ciudadanos del mundo inteligentes, como finalidad de la educación. Este eje nos invita a asumir el alcance mundial de los problemas económicos, ambientales, religiosos y políticos que nos afectan; nos lleva a entender que la solución de tales problemas debe ser el resultado de un diálogo a nivel multinacional, que cada uno de nosotros está involucrado en esa interdependencia y que la educación está llamada a " proporcionarnos los elementos necesarios para desenvolvernos de manera eficaz en ese diálogo multinacional, como "ciudadanos del mundo" " (Nussbaum).

Desde esa perspectiva, la educación debe generar contextos propicios para compartir saberes, historias, tradiciones; en palabras de Nussbaum, debe " impartir un conocimiento cada vez más nutrido y diversificado del mundo, sus historias y sus culturas ".

En síntesis, para Nussbaum, la educación de ciudadanos del mundo debe:

-Promover en los estudiantes el estudio de su nación, pero como "ciudadanos del mundo".

-Estimular la curiosidad por los distintos grupos que componen la nación, sus diversas historias y las oportunidades que recibe cada uno.

-Destacar el carácter multicultural de la educación en una democracia pluralista.

-Proporcionar bases sólidas sobre los principios fundamentales de las ciencias económicas y el funcionamiento de la economía global, tomando como punto de partida los conocimientos previos de los alumnos.

-Abordar -a través de cursos complementarios- el tema de la globalización y los valores humanos, desde una perspectiva histórica y política.

-Contar para su implementación (específicamente en el nivel universitario) con una estructura dedicada a la educación humanística, o formar parte de un módulo del currículo dedicado a las nociones básicas de artes y humanidades, sin importar a qué área pertenezca el alumno.

Ahora bien, Nusbaumm se pregunta si la educación para la ciudadanía mundial requiere de la formación humanística. Para ella, efectivamente gran parte de la información empírica requerida por la ciudadanía mundial se puede obtener por fuera de la formación humanística. Sin embargo, una ciudadanía responsable requiere de otras competencias: la capacidad de evaluar las pruebas históricas, de aplicar el pensamiento crítico al análisis de los principios económicos y utilizarlos con una actitud equivalente, de evaluar distintas teorías sobre la justicia social, de hablar una lengua extranjera y de reconocer las complejidades de las principales religiones.

Contar con un catálogo de datos sin la capacidad de evaluarlos ni de entender cómo se elabora un relato a partir de ciertas pruebas empíricas es casi tan malo como ignorar por completo esos datos (...) La historia mundial y los principios económicos deben enseñarse desde una perspectiva humanística y crítica para que resulten útiles en la formación de ciudadanos del mundo inteligentes. Así mismo, esa enseñanza debe acompañarse de un estudio sobre las religiones y las teorías filosóficas de la justicia. Sólo así servirán como base de los debates públicos que debemos llevar a cabo para resolver de manera cooperativa los principales problemas de la humanidad.

Educación significa "educación para la ciudadanía democrática"1

Giovanna Carvajal Barrios

Profesora de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle. Comunicadora Social y Licenciada en Música, Magíster en Comunicación y Diseño Cultural. Actualmente realiza el doctorado en Ciencias de la Educación de Rudecolombia-Universidad Tecnológica de Pereira.