Y dicho y hecho, trajo esa misma tarde, un cartel con varias cosas interesantes. El abecedario con mayúscucas y minúsculas y una imagen asociada. Los colores escritos en minúscula, los contrarios, imágenes de animales.
Desde pequeña, ha estado rodeada de libros, viendo las letras, y haciendo puzzles, ha jugado con tarjetas asociativas, y ahora se estanca. Se frustra cuando ve que no consigue asociar la sílaba entera. Pero parece que vamos por buen camino. Cuando yo me he puesto nerviosa -quiero lo mejor para mi hija-, ha sido el padre quien la ha ayudado a leer. Nos paramos en las tiendas a leer las sílabas con la "p", leemos un cuento por las noches, que tengan vocales marcadas, o las sílabas que ha estudiado en clase. Y ha mejorado bastante.
Cuando se cansa, lo dejamos. Cuando lo hace bien, la elogiamos. Cuando lo hace mal, tratamos de repetirlo. Le doy trucos, seguimos haciendo puzzles. Pero aunque parezca que estoy encima de ella todo el rato, no es así. Un rato cada día, cuando ella quiere para jugar. Y por la noche, lectura del cuento, como siempre, pero ayudándome ella a encontrar la sílaba. Hacemos un buen equipo, y hay que recordar que ella no tiene más que 4 años. http://diariodealgoespecial.blogspot.com/feeds/posts/default?alt=rss