Tres días lleva levantándose con el ojo hinchado. Al llevarla al pediatra, en hora de colegio, le recetan unas gotas, y vida normal.
Pero la mañana siguiente es la que cambiaría nuestras vidas. Al ir a ponerle la gota, dice que le pica en la nuca. El padre mira, busca y encuentra. Un bichito. Pequeñito, diminuto. Lo quita y me pregunta que creo que es. ¿Un bicho? (nótese la ironía)
Exacto, un bicho, también llamado piojo.
Soy de esas madres que no dejan que la niña vaya con el pelo suelto a clase, que le dice que se lave las manos en repetidas ocasiones, que no acerque cabezas y que no se meta los dedos en la boca. Y no. No estaba preparada. Decido que se quede en casa, y comienzo a indagar.
Comienzo con mi idolatrada Orquídea Dichosa, sé que ella podría echarme una mano, y aunque pensaba que tenía un post, me señala el camino de baldosas amarillas hacia Pilar de Maternidad Continuum. Allí leo sus posts, me empapo bien de ellos, y salto al blog de Cuestión de Madres, que habían recomendado una liendrera electrónica.
Sábanas y toallas en agua caliente. (voy pensando)
Tras recibir un whatsapp de Marinovio diciendo que la cabeza de nuestra hija está plagada, y preguntarme qué producto comprar, decido pasar a la acción y preguntarle -qué desfachatez la mía- a la madre de Mi gremlin. Me recomienda un producto. Que le digo a Marinovio que compre. Caso omiso.
Llamar al colegio y avisar. (sigo pensando)
Llamo a mi padre, como pediatra, aunque jubilado, es quién me saca de mis dudas, y me indica el principio activo del producto indicado por Mi Gremlin, además de recordarme que mi madre había usado filvit y la liendrera en más de una ocasión conmigo. Y si, lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Recomienda que a la petite le ponga un repelente, que con el pelo tan fino y corto que tiene, seguramente no tenga nada. Y a mi me dice que me rasque. Además de recordarme que tengo que avisar en el cole, no para que mi hija sea la señalada, sino para que no se vuelva a contagiar.
Nunca pensé que esto me pasaría a mi. Con el asco que les tengo a los bichos, no imaginé que sería tan paciente y metódica untándole la espuma a mi hija, y poniendo repelente (casi muero al inhalarlo) a la petite.
Tras cinco horas con el producto puesto, tengo que decir que la mayor parte de los bichos han caído en la batalla. Repetición con producto + peinarla con liendrera antes de dormir, y baño a la mañana siguiente.
Y una nota en la agenda diciendo que mi hija ha faltado a clase por culpa de unos bichitos.
Observaciones. Producto testado en animales. Enfado monumental por saber que hay padres que mandan a sus hijos a clase con la cabeza infestada. Y orgullo por la paciencia de todos, Marinovio y yo peinando cabezas, y Genovevas quietas y dejando que el producto y el peine hicieran efecto.
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