De como comer chocolate

Por Bergeronnette @martikasprez
Tener amigas virtuales que comenten un episodio de su hijo hace que recuerdes alguno similar que hayan realizado las tuyas. Gracias al ¡Tú espera ahí! de Orquídea Dichosa, he recordado un incidente de l'aînée con el chocolate.
Recuerdo que era una tarde de sábado. L'aînée estaba durmiendo la siesta. El padre poniendo una lavadora y yo recogiendo la ropa del tendedero. No habrían pasado ni cinco minutos, cuando volví a la habitación. Y la imagen que me encontré fue la siguiente: Ella estaba sentada en la cama, con la boca llena de lacasitos, pero no de cuatro a la vez, ¡no! Los carrillos estaban hinchados, y de su boca salía líquido del chocolate ya mordido. Las manos estaban llenas de chocolate derretido, y no os cuento cómo estaba la funda nórdica.
Me reí y llamé al padre, pero tuve que hacerle escupir el contenido de la boca, porque estaba a reventar. A partir de ahí, aprendí a no dejar cerca de ella ninguna bolsa de lacasitos.
Por cierto, aunque he tratado de retrasar la entrada del chocolate en ambas Genovevas, la petite ya lo ha catado, y ha sucumbido. A partir de ahora, tendré que compartir mis tabletas de chocolate, no sólo con una niña, sino ¡con las dos!