De como David dijo adiós al pañal

Por Anaperezllinares


Como ya sabeis, estas vacaciones hemos puesto en marcha la operación pañal, con unos resultados muy satisfactorios. Por si os sirve de algo, os cuento como lo hemos enfocado:
Un par de meses antes de irnos de vacaciones empezamos a quitar el pañal a David a ratitos. En alguna ocasión consintió sentarse en el orinal y una o dos veces hizo pipi en el, pero la mayoría de veces se lo hacía fuera y, además de no mostrar mucho interés por el tema, parecía que empezaba a rechazarlo.
Ante estas señales, decidí que quizas no había llegado el momento y le volví a poner el pañal.
Un mes más tarde, intenté que participara en el proceso. Fuimos a la tienda para que eligiera otro orinal que le gustara, pero no les hizo ni caso y cuando le decíamos si quería uno u otro decía que no a todos. Así que decidí quedarme con el que tenía y seguir esperando.
Pero entonces, leyendo el libro Ir al vater sin lágrimas, vi una idea que me gustó y pensé que, como el peque estaba super emocionado con sus vacaciones a la Isla, quizas sería un buen momento para volver a probar, avisandoselo antes, para ver como lo aceptaba.
Como ya sabeis, David esperaba impaciente nuestro viaje en barco, que pasó a convertirse en Barco Pirata, y Formentera se convirtió en La Isla Lejana. Durante días le estuvimos hablando de lo emocionante que iba a ser nuestro viaje y le contamos que en la isla ibamos a buscar un tesoro pirata.Pero había un pequeño problema... en la Isla Lejana no habían pañales, así que David tendría que usar el orinal!
Y del libro que he citado, saqué la siguiente idea: hacer un cofre del tesoro del orinal.
Un par de días antes bajé a la tienda de los chinos con 15 euros y compré todo tipo de juguetitos de esos que cuestan poquísimo dinero y que son pequeños (a la par que malos, para que engañarnos!), una caja muy chula para meterlos y papel de envolver. Me armé de paciencia y empecé a envolver paquetitos... cochecitos, pelotitas, animales, etc. En total me salieron unos treinta.
En el barco y por lo que pudiera pasar, decidimos que iría con pañal, pero nada más llegar a la isla se lo quitamos y empezó la aventura!
Le contamos que al lado del orinal siempre estaría el cofre del tesoro del orinal, que podría abrir cuando hiciera pipi o caca en el y podría coger uno de los tesoros que había dentro. Para que supiera a que nos referíamos, estuvimos pendientes de cuando daba señales de ir a hacer pipi y, cuando vimos que empezaba a hacer, lo sentamos en el orinal para que terminara allí. Cuando terminó, le hicimos un montón de fiestas y le dije que, como había hecho pipí en el orinal, podía coger un tesoro del cofre. La idea le encantó!!!
Durante los dos o tres primeros días hubieron bastantes escapes, pero ya no rechazaba el orinal y se ponía muy contento cuando conseguía hacer pipi o caca en el. A partir del cuarto día los escapes fueron a menos de manera considerable, pasando días enteros sin ensuciar nada. De hecho, ocurrió algo sorprendente... desde ese momento dejó de hacer pipi por la noche y en la siesta. 
Antes de dormir la siesta, le digo que vayamos a hacer pipi y cuando hace, que es casi siempre, le acuesto sin pañal. Por la noche no me he arriesgado aún, pero lleva casi un mes sin mojar el pañal ni una sola noche, así que voy a dar el paso. No tengo ninguna prisa en hacerlo, pero sé que el está muchisimo más cómodo durmiendo sin el.
Poco a poco el cofre del tesoro del orinal se fue vaciando y ahí empezó mi preocupación... que pasará cuando se acabe? seguirá reclamando regalito y al no conseguirlo dejará de interesarse en el orinal? Así que le fuimos avisando de que el cofre se acababa, porque David lo había hecho muy bien y estaba consiguiendo todos los tesoros y que, cuando se acabara, utilizaríamos el cofre para guardar todos los tesoros conseguidos.
Y todo fue sobre ruedas. Cuando se acabaron los regalos, los guardamos todos en la caja y, cuando hacía pipi y se acordaba del cofre, lo abría y se ponía a jugar con el. Días más tarde ya ni acordaba del cofre ni de los regalos.
También pensé que quizas el regreso a casa supondría un pequeño bache pero no ha sido así. Hay días que moja el pantalón en alguna ocasión, pero ningún día ha tenido más de un escape y, cuando lo tiene, trata de retener la orina hasta que llega al orinal para acabar de hacerlo allí.
Respecto al tema del cofre de los tesoros, yo siempre he tenido mis dudas respecto al tema de premiar con regalos según que cosas, pero en este caso ha ido muy bien, porque David daba señales de estar preparado para dejar el pañal, pero no tenía interés alguno en el orinal. De esta manera conseguimos que se interesara en el y todo marchó fenomenal.
Ahora bien: esto que nos ha ido bien a nosotros puede irle fatal o otra familia, o no ser necesario. En nuestra situación necesité buscar alguna motivación y esta me fue muy bien.
Así que parece que el pañal ya forma parte del pasado. Sé que habrán retrocesos y que aún tengo muchos pipis que limpiar, pero estoy muy contenta de como se ha desarrollado todo. Siento que lo hemos hecho cuando David estaba preparado... prueba de ello es que bastaron un par de días para empezar a notar mejorías considerables, y que, desde el primer momento, desde que pide pipi hasta que realmente lo hace puede aguantar unos minutos (vamos, que no pide pipi cuando prácticamente le está saliendo, sino que ya lo anticipa, siendo capaz de aguantarse hasta que llegamos al orinal... en una ocasión aguantó casi diez minutos!!).
En breve haré otro post hablando de los puntos que yo considero importantes para que la operación pañal marche perfectamente. Por hoy esto es todo, aquí os dejo nuestra experiencia esperando que os pueda resultar útil!