El corazón rojo y vivaz como lo conocemos y acostumbramos asociar al amor y sus diversas manifestaciones identifica dicho sentimiento universalmente para todas las culturas a pesar de que dicha representación no se ajusta a la forma real del corazón. Es un símbolo esquemático, simétrico, plano , carente de detalles y sin embargo ha sido aceptado por todas las culturas a lo largo de los siglos.
Representado profusamente a través de la historia, al corazón se le han asignado cualidades y emociones de todo tipo, siendo el amor siempre la más popular,
El símbolo continua reapareciendo a lo largo de la historia, simbolizando esta idea vegetal, representando hojas de hiedra, nenúfares e incluso semillas, un buen ejemplo son las monedas griegas
Moneda de Cirene(sigloVI a.C aporx)
de Cirene, en las que se representaba una semilla de silfio, una planta ya extinta pero muy apreciada en aquel momento por sus propiedades medicinales especialmente contraceptivas, por ende este primer símbolo de amor no hacía referencia al órgano humano e iría más bien ligado a la prosperidad, la salud, la amistad y el sexo que al amor romántico en sí.No es hasta la aparición del concepto del amor cortés durante la Edad Media en Europa que se comienza a asociar el corazón con la idea del amor y aunque es difícil decir con completa precisión se especula que la primera reresentación de este uso aparece en el romance medieval "Le roman de la poire", una novela caballeresca donde se utiliza el corazón como metáfora del amor romántico, dando surgimiento en este contexto medieval al amor como protagonista principal en el ideal de cortejo y disímiles narraciones literarias.
En una de las miniaturas presentes en la obra se observa al protagonista ofreciendo su corazon a la amada, separándose así por primera ocasión el corazón idealizado del corazón físico. En la ilustración el órgano aún es fiel la forma apiñada de su anatomía , pero comienza a apreciarse cierta simetría y parecido a su representación actual.
obra de Christine de Pizán
La tendencia se sigue consolidando y a principios del siglo XV aparecen una serie de obras de Christine de Pizán en las que se muestra a hombres y mujeres ofreciendo sus corazones a Venus como alegoría del amor. Esta imagen alcanza gran popularidad y se repite de forma recurrente a lo largo de todo el siglo y a partir del siglo XVII el símbolo del corazón con este significado se generaliza alcanzando su máximo apogeo a finales del siglo XIX con la popularización del intercambio de tarjetas en el día de San Valentín y desde entonces la presencia de este corazón plano se ha integrado completamente en nuestra sociedad simbolizando el amor romántico, convirtiéndose incluso en ideograma sinónimo de amar usado en logotipos como I🖤NY o en representaciones en redes sociales como los "me encanta". Es imposible ya separar su representación de dicho significado, sin importar si su forma dista enormemente de la de su homólogo anatómico el corazón plano, esquemático y carente de detalles es la personalización del sentimiento que mueve al mundo.