1985: Richard Lloyd se encuentra en Estocolmo, Suecia, grabando "Field of Fire". Lo lanzaría en el 86, y sería su segundo disco solista, siete años después del primero, "Alchemy" de 1979, que había salido inmediatamente después de la separación de Television, banda que integraba como guitarrista.
2010: El "loco Guerrita" busca un regalo para su amigo. Es un cumpleaños especial y no puede darle cualquier cosa. Su amigo Gonzo sabe de música, y quiere sorprenderlo, aunque no sabe exactamente con qué.
Durante la mañana una de sus hijas había estado con fiebre; lo supo porque habló por teléfono desde el trabajo y ella misma, con su vocecita le contó que sentía la cabeza caliente, y que había dibujado una princesa con vestido rojo. Rojo. Ese color le daba vueltas a la cabeza cuando vió lo que necesitaba. Se rió por dentro.
La cantidad de asociaciones libres que puede hacer nuestro cerebro antes de que movamos un dedo es algo que no podemos controlar. Pero que bueno que es cuando las vemos pasar delante nuestro en forma clara, como un manuel de instrucciones con dibujos agradables que no dicen qué hacer.
Tomó el disco, y observó detenidamente la tapa. "Richard lloyd - Fire Of Fire". Rojo. Fuego. Se permitió hacer una mueca sonriente, como si estuviera en alguna escena de una película y el director le pidiera expresar lo que sentía. Todo cerraba.
2011: Estoy tomando unas cervezas en lo de mi amigo Gonzo, y el tipo me dice "tengo algo que calculo te va a gustar". Y saca esa tapa roja de entre sus tesoros mientras me dice "...me lo regaló el Guerrita". Lo hace girar. Mientras yo tomo la despojada cubierta y la miro. Por delante, por detrás. Poca data; no mucho más para ver salvo ese rojo y la cara y pose calculada del ex violero de Television. Gran disco. Que no envejeció de la forma que suelen hacerlo muchas producciones de los 80´s, sobre todo las de guitarristas. "Fire Of Fire" posee un sonido atemporal, y si buscamos algún parentesco de estilo podemos traer a Bruce Springsteen, los Stones, o Tom Petty quizás; pero hay algo propio de Lloyd que lo saca adelante de entre el matorral y nos permite diferenciarlo claramente mientras vemos el bosque detrás.
Coloco la portada del álbum justo al lado de mi vaso de cerveza. Ya vamos por la tercer botella. Engullo un cuadrado de queso, miro la cara de Lloyd mientras escucho su voz y su guitarra. Me doy cuenta que voy a tener que escribir algo. Y así lo hice.
Mi tema favorito del álbum:
Y el que le da título: