Barco del Corneta no es el primer proyecto de Beatriz Herranz, pero sí es SU proyecto en el que ha volcado todo su saber como enóloga para desarrollar un “sueño”: devolver la esencia a una uva tan “maquillada” que hoy en día no se reconoce en gran parte de los vinos elaborado con ella.
Tuve mis primeras noticias sobre su vino a través del blog de un buen amigo, Joan Gómez Pallarés, allá por marzo del 2013, siendo Joan el que realizó una perfecta definición de Beatriz dentro de las actuales circunstancias en las que se mueve la DO Rueda:
“La veo como una isla en un océano enorme de perdición, de maneras obtusas de tratar el viñedo, las cepas y de cómo hacer el vino”
Un año después adquirí varias botellas con el fín de ver su evolución a lo largo del tiempo y en este perído el vino no ha hecho más que remarcar su potencial de guarda y reclamar por parte de todos más tiempo para dar lo mejor de sí, consiguiendo una mayor complejidad sin perder sus señas iniciales de identidad.
Como bien dice Joan, hacía tiempo que no recordaba un vino elaborado con verdejo en el que su tipicidad quedara tan clara y marcada, a pesar de ser una uva, que como bien dice Richard Sanz de Bodegas Menade, no despliega una gran complejidad aromática. De esta forma, huyendo de enmascaramientos aportados por levaduras artificiales que han conseguido amoldar los gustos de gran parte de los consumidores de verdejo a simples “brebajes” de frutos tropicales exagerados y aromas “mareantes” totalmente artificiales, nos encontramos con “soplos de aire fresco” que nos devuelven la pureza de una uva tan sumamente castigada.
Barco del Corneta 2013
Elaborado con uvas 100% verdejo de viñas plantadas hace nueve años en el paraje de Cantarranas (718 m.s.m), dentro del término de La Seca en Valladolid, sobre suelos de arenas silíceas y cantos rodados y un subsuelo de arcilla y caliza. Agricultura ecológica.
Tercera añada. Se macera durante 24 horas, prensado y decantación durante 24 horas más para eliminar las lías gruesas. Fermentación alcohólica en barricas con levaduras autóctonas. Crianza sobre lías en barricas de roble francés de 300 litros durante 8 meses. Clarificado y filtrado suave. Sin estabilizado. Se elaboraron 9000 botellas. 13,8 % vol.
Cata:
Amarillo con ribete ligeramente dorado. Limpio y brillante. Atractivo.
De inicio se muestra algo huraño en nariz a copa parada, pero en agitación comienza a desplegar aromas herbáceos, heno, toques minerales y punta cítrica con sutiles aportes de su fermentación en barrica en un segundo plano. Aromas de fruta blanca (pera) y florales (acacia), junto con notas anisadas y tropicales (piña).
En boca muestra muy buena acidez. Es fresco, envolvente y untuoso. Paso de boca graso e intenso en el que predomina el aporte mineral (canto rodado caliente) y las flores y frutas blancas.
Es largo, intenso y elegante con un toque final ligeramente amargoso que incita a seguir disfrando del vino y acaba haciéndose adictivo.
Un excelente vino.