Hace poco Barcelona ha batido uno de los récords que parecían “imposibles”. El fin de semana del 19 de Mayo el puerto de Barcelona ha acogido 17 cruceros, con un total de 65.000 viajeros a bordo.
Barcelona se ha convertido desde hace un par de años en el puerto con mayor tráfico de cruceros del mundo, y eso es algo que representa un importante incremento en el consumo que se genera en la ciudad por parte del turismo.
Según Turisme de Barcelona, cada crucerista que inicia o finaliza su viaje en el puerto de Barcelona hace un gasto medio en la ciudad de 114 euros diarios, y los cruceristas en tránsito dejan una media de 61 euros por persona y día. Este 2013 el puerto espera llegar a los 2,6 millones de cruceristas, que supondría batir el récord conseguido en el 2011, año en el que se logró alcanzar dos millones y medio.
Este es un tema que me “toca”, ya que durante unos cuantos años fui el responsable del servicio de cruceros, en dos de las empresas turísticas en las que he trabajado. Este servicio incluye una serie de “partidas”: desde las excursiones que se organizan para los cruceristas que hacen escala en Barcelona, (visitas de Barcelona, excursiones a Montserrat, Costa Brava y otras), así como los programas pre y post congreso, en los que ofrecíamos a las compañías unos “paquetes”, incluyendo la estancia en la ciudad, y una serie de visitas, en los dos o tres días previos al embarque, o a la finalización del crucero. Y he de decir que ha sido una labor que, a pesar de la gran dedicación que exige, siempre me ha resultado muy grata, y de la que guardo grandes recuerdos…
En un viaje a San Francisco en 1986 que realicé acompañando a un grupo de congresistas, y por una de aquellas casualidades, me encontré en el Hotel con una de las directoras de la empresa Royal Viking, empresa para la que gestionábamos los servicios de sus cruceros en Barcelona, y que tenían una reunión de trabajo allí. Aunque intenté negarme a ello, me obligó a entrar con ella en la sala de su reunión, y me presentó a sus colegas, todos ellos directivos de la compañía, diciendo que Barcelona era el puerto en el que sus cruceristas recibían el mejor servicio y del que la compañía estaba más satisfecha… Algo que recordaré siempre…
De la sección del autor en "Curiosón": Del Cristo al Tibidabo