De cuando en la olimpiadas se daban medallas al arte

Publicado el 06 junio 2024 por ArÍstides

VER LEJOS, HABLAR CLARO, ACTUAR CON FIRMEZA. Pierre de Coubertin

Faltan 2 meses para los Juegos Olímpicos de París. En ellos participarán los mejores deportistas emulando el espirítu olímpico de la antigua grecia. Pero no siempre fue así en los llamados juegos modernos. Entre 1912 y 1948 también se otorgaron medallas a cinco disciplinas que no tienen nada que ver con el deporte, como fueron: la arquitectura, literatura, música, pintura y escultura. Estas a su vez se dividían en categorías específicas como fueron "el drama, lírica o épica en literatura; música orquestal o instrumental, canto en solitario o en coro; dibujo, artes gráficas y cuadros; estatuas, relieves, medallas, placas medallones" y urbanismo.

En los juegos de 1912 se presentaron 33 personas subiendo a 193 participantes en los de Paris de 1924.entre los "que se encontraban la primera mujer en ganar el Premio Nobel de Literatura, la sueca Selma Lagerlöf, y el famoso compositor ruso Igor Stravinsky ". En Ámsterdam 1928 se exhibieron 1100 obras y el proceso continuó hasta que en 1949 en el Congreso del Comité Olímpico Intenacional las eliminó porque no reflejaban el espíritu amateur de los Juegos.

Los artístas obtenían ingresos por la venta de sus obras o servicios. Ello les permitía ganarse la vida lo que contradecía que los participantes lo hicieran en calidad de aficionados. Después de un gran debate e influenciado porque algunos artistas decían que su obra se veia condicionada por la temática deportiva se prohibió. El C.O.I. lo sustituyó por una exhibición no competitiva que llevó en nombre de Olimpiada Cultural. Eran tiempos de amaturismo absoluto y con ausencia de dinero.

Pierre de Coubertin, creador de los Juegos Modernos, expresó en 1935: "Finalmente, un último elemento: la belleza, a través de la participación en los Juegos, de las Artes y el Pensamiento. ¿Acaso podemos celebrar la fiesta de la primavera humana sin invitar al Espíritu?". "No cabe duda de que el Espíritu domina; el músculo debe seguir siendo su vasallo, pero a condición de que se trate de las formas más elevadas de la creación artística y literaria y no de esas formas inferiores a las que una licencia cada vez mayor ha permitido multiplicarse hoy, en gran detrimento de la Civilización, de la verdad y la dignidad humanas y de las relaciones internacionales". Pues eso o Amén, como dirían otros.