¿Es sólo a mí a la que de repente saber el destino final de todos los hijos de los Reyes Católicos no le deja dormir? Porque, claro, has estado en Granada, has visto el féretro de Juana, no le has podido hacer foto porque eso en la Capilla Real no se hace, caca, caca, pero, eso, lo has visto. Y el de sus padres, y el del guaperas de su marido. Y el de su sobrinico, que si hubiera vivido otro gallo nos estaría cantando hoy, por cierto, pero ese es otro tema. Ah, Portugal, cuánto te echo de menos estos días... En fin, lo que os decía, que ves ahí los cinco ataúdes, y piensas, bueno, pienso yo que soy así de rara: ¿y los demás? ¿Dónde paran?
Vale, lo de Juan me lo sé, que se murió en Salamanca y hay estatua conmemorativa del tema. Angelico. Eso sí, a enterrar se lo llevaron a Ávila, porque la reina que era muy suya le cogió tirria a la city, fíjate tú. Y en Ávila enterraron al muchacho y allí se quedó hasta que llegaron los franceses y vaya usted a saber qué hicieron con lo que quedaba del asunto. Los franceses, tan majos siempre. Ehem.
Y vale, lo de Catalina también me lo sé, que he visto Los Tudor. La mujer después de que el gordo de Enrique la mandara a paseo por la puttanesca de la Bolena, pasó sus últimos años en un castillo (Kimbolton) y está enterrada en la catedral de Peterborough. Qué lastimica me da, nacer en Alcalá de Henares para terminar enterrada en tierra hereje. Esta es una de mis, miles, de visitas pendientes para cuando regrese al UK. Y a ver a la Cati, que nos la trataron muy mal. Pobre.
Continúo. Situados a Juana, Juan (casi) y Catalina, me quedan las otras dos chicas, Isabel y María. Isa, la mayor, nació en Dueñas, Palencia, y muy allá de la cabeza no estaba, no. Que la fama se la llevó Juana pero otras cardaron la lana. La casaron dos veces con herederos portugueses y acabó muriendo de parto en Zaragoza y está enterrada, a lo que iba, en Toledo. La muchacha otra cosa no, pero viajada un rato.
Y María, pues acabó sus días también en tierra extraña, pero menos. Está enterrada en Lisboa.
Granada, Ávila (casi), Peterborough, Toledo y Lisboa. Me siento muy Sheldon Cooper de Letras Puras sabiendo estas cosas, pero mi cerebro me las pide. Por ejemplo, ayer me dio por investigar acerca de la Carter Family. Que tiene que ver con lo anterior como un huevo con una castaña, pero who cares? Os cuento mi divagación mental. Música country, serie Nashville, que soy fan. Hasta aquí lo sabéis. Pero es que ayer descubrí en The Telegraph un artículo sobre los mejores discos de esa música de este año. Y lo leí. Y en los primeros puestos estaba una tal Carlene Carter. Y me dije, ¿Carter? Esta tiene que ser de la familia. Y justo. Hija de June. Y entonces entré en el blog de Runa y había puesto una canción de Jonnhy Cash, y me dije: "esto es una señal". Y seguí investigando. Y aprendí que la Carter Family, un mito de la música estadounidense, comenzó a principios del siglo pasado, formada por A. P. Carter, su mujer Sara, y la prima de esta, Maybelle, casada a su vez con el hermano de A. P. Que se dedicaron a recopilar canciones populares, que se cantaban en aquella época dura, la época de Las uvas de la ira, para que nos situemos. Que el grupo duró hasta que Sara dejó a A. P. y que entonces cogió el testigo Maybelle con sus hijas, Anita, Helen y June. Y entonces me puse a ver vídeos de toda la familia, de los años 40, 50, 60, 70... Y, en fin, como estoy soltando un rollo padre sin venir a cuento, os dejo con uno de los vídeos que descubrí...
Los flecos, los bailes, los pelos, los bailarines, las faldas, los sombreros... Llevo desde ayer despiporrada de la risa. Grande, Carlene. Grandes los 80 en el mundo del country.
(Esta semana no ha habido Nashville y tenía que matar el mono con algo)
(No me miréis así, ya sabíais que soy rara)(Jobar)