J. R. López de los Mozos y J. A. Ranz Yubero, en “La toponimia de Guadalajara: el estado de la cuestión” explican que “los topónimos surgen por factores económicos y defensivos”, sin menospreciar razones históricas y creencias populares. Pero todos los nombres tienen una etapa y cada etapa tiene sus nombres. Si nos atenemos al origen histórico, los autores hacen una clasificación que aplicamos a pueblos y aldeas de la Sierra Norte:
- Pre-romano: Atance, Atienza, Carabias, Condemios, Medranda, y Sigüenza (origen celta). De estos no se precisa ascendencia: Angón, Barbatona, La Barbolla, La Mierla, Palancares y Tamajón
- Romano: Estriégana y Palazuelos. Dado que durante un largo período el latín convivió con las lenguas pre-romanas, apenas se generaron nuevos topónimos.
- Visigodo: no hay constancia
- Arabe: Albendiego, Alboreca, Alcolea, Alcuneza,Bujalaro, Bujarrabal, Galve, Jadraque y Pálmaces.
- Mozárabe: Castilblanco, Castilforte, Huérmeces, Jirueque, Muriel y Sienes
- Reconquista: Durante la repoblación posterior, a veces se se adaptó la toponimia anterior, que recuerda su origen: celta (Nava de Jadraque), pre-romana ( Arbancón, La Bodera, Bustares, La Miñosa), romana ( Congostrina, Guijosa), árabe (Almiruete, Baides). Más del 50% de los nuevos lugares fueron nombrados en lengua romance y referidos a accidentes geográficos, y/o ascendientes (Naharros, Gascueña)
- Sin precisar (híbridos de 2 lenguas): Alcorlo, Aldeanueva, Alpedrete, Bujalcayado
- Hasta el siglo XIX: De Fraguas pasó a ser Arroyo de Fraguas, Majadas Viejas pasó a ser Majaelrayo, la Sierra de Ranas pasó a ser Campillo de Ranas a finales del siglo XV
Otro día analizaremos el origen del significado de estos nombres. Los serranos estamos obligados a conocer nuestra historia.
Lar-am