Con estos datos, se puede intuir que es una palabra con solera en nuestro vocabulario, y aunque no haya presentado variaciones, no ha ocurrido lo mismo con sus múltiples significados dependiendo del contexto, tanto en España como en América Latina. Por ejemplo, se emplea es la leche, como en ¡este coche es la leche! como algo positivo. Del mismo modo, también podemos decir que alguien es la leche como el sinónimo de 'una persona lista, valiente o hábil'.
Sin embargo, no siempre tiene la misma connotación positiva. Pues cuando decimos, tener mala leche, quizá nos estamos refiriendo a la infancia y a su origen materno, algo así como que la leche está agria; de igual manera también podemos decir: estar de mala leche como una connotación negativa.
En su uso irónico, tenemos también varias opciones. Por ejemplo, dar una leche, que se refiere a dar una bofetada o un golpe, salir de un lugar echando leches, salir corriendo, o ¡y una leche!, que se refiere a cuando niegas la información de alguien. Y si vamos más allá en su contenido, nos encontramos con la expresión ir a toda leche, para alguien que va muy veloz o que coge mucha velocidad.
¿Y qué ocurre en América? Allí hay otros usos más específicos. En gran parte de América del Sur, la expresión por pura leche significa 'por casualidad' o 'por suerte', y la expresión ¡qué leche! se emplea cuando te alegras por la suerte de alguien. En Cuba, cuando dice a toda leche, quiere decir 'con todas las comodidades'. Desde Centroamérica hasta el Cono sur, mala leche significa 'mala suerte', y en Chile es 'mala onda'. Y si te llaman malaleche (así, todo junto y con inquina), es que eres una mala persona.
¿Y a vosotros, se os ocurre otro uso o expresión de la palabra leche? Ahora, cuando abráis la nevera y cogáis el cartón de leche, nada será como antes.
-Enlances relacionados:
Crítica de Del color de la leche
Delicias de leche de ballena (por Melville)
Escrito por María Bravo.
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