En nuestra última entrada nos habíamos quedado en Ella, donde habíamos decidido ir a Tangalle para relajarnos un poco. Para ir desde Ella a Tangalle tienes tres opciones dependiendo del tipo de viajero que seas. La primera es conseguir un “taxi” que te lleve directamente, en la mayoría de los alojamientos te pueden gestionar esto; la segunda para los más intrépidos es ir en tuk tuk (es un viaje largo para ir en el motocarro pero alguna gente lo hace); la última opción y es para los que quieren experimentar lo que viven la gente del lugar,es esperar por los autobuses de líneas regulares que te conectan directamente con Tangalle. Obviamente cada una tiene sus ventajas y desventajas, más o menos las he organizado de la opción más cara a la más barata, lo que también significa de la más rápida a la más lenta, y también de la más cómoda a la no tan cómoda. Nosotros nos decantamos por la opción de viajar como lugareños, ya lo llevábamos haciendo desde el principio así que para que cambiar, obviamente tampoco nos influyo que la primera opción rondara los 20 euros por persona y la última 1,5 para los dos😉
Los autobuses desde Ella a Tangalle son bastante frecuentes, aunque irregulares. Tienes que esperarlos en el cruce de caminos de Ella, donde está el puesto de información turística. Eso si muchos de ellos van llenos hasta los topes, así que si tienes tiempo es mejor esperar hasta que encuentres uno donde por el mero hecho de respirar no estés empujando a otro compañero. En nuestro caso nos llevo casi 3 horas, tiempo que usamos para hablar con otras viajeros, revisar el resto del viaje, y ver escenas de turistas y locales luchando por un sitio para subir en el autobús. Aunque la espera fue larga, compensó ya que pudimos entrar en un autobús no tan masificado y pasado media hora de viaje nos pudimos finalmente sentar en los primeros asientos. Ten en mente que si te sientas en las dos primeras filas, los monjes pueden ejercer su derecho para que les dejes el lugar.
Según nos acercábamos al sur y por la altura del parque nacional Lunuganvehera, empezó a llover con ganas. Sería esto el tan temido monzón, nos preguntamos, si era así allá se iban al traste nuestros planes para disfrutar de la playa. Por suerte pasado media hora y ya encarando el mar la cosa cambió y el sol volvió a brillar. El autobús tarda casi tres horas en hacer el recorrido, casi tantas como las que estuvimos esperando en Ella😮
Tangalle es un pueblecito muy pequeño, pero un más que destacable nudo de comunicaciones en el sur, donde muchos de los autobuses que hacen la ruta desde el centro o el sur pasan por aquí, así que también es una buena base para moverse por la isla. Nuestra primera parada fue como siempre la caótica estación de autobuses, desde allí a nuestro hostal, Seaside hostel, eran unos 15 minutos caminando, aunque con las mochilas, el calor (del terrible monzón de Agosto, no se veía nada aún), la siempre eterna humedad, que aún no conocíamos la zona, y que nos seguían parando los “tuktukteros” y gente de los hostales para ofrecernos sus servicios, pues tardamos el doble🙂
El alojamiento estaba muy bien, estuvimos cuatro noches por un total de 60 dolares (un poco más de 50 euros) para los dos, con cama doble, baño propio, internet,
Arroz con marisco, al estilo Tangalle
eso si sin desayuno, aunque era tan barato que no importaba pagar el extra. Lo bueno que tenía es que tiene pocas habitaciones 5 y dobles todas, así que el sitio era muy tranquilo y lo mejor al lado del océano y de la playa. El servicio y la comida fue inmejorable, entre las horas de espera y el viaje de autobús, nada más llegar ordenamos la comida. Un plato de arroz (cómo no) con pescado y marisco. ¡Riquísimo!
Por la tarde, después de ducharnos, dejar nuestras cosas y “poner una lavadora” nos fuimos a dar un paseo por la playa hasta Tangalle beach. No, no es la playa de Tangalle si no la parte del parque natural, donde las tortugas ponen sus huevos, y están las lagunas. Aún con la idea de que en cualquier momento nos iba a caer la lluvia del monzón, porque estábamos mosca de que no hubiera turistas, no fuimos hasta las tortugas. Para nuestra sorpresa nos encontramos con unos alojamientos para turistas que estaban en checo, lo que nos hace pensar de cuantos van hasta allí, aunque no oíamos a nadie. Aquella playa estaba casi desierta.
Por la noche comimos en el Roti hut, si, si Roti no pizza, no es un error mío. Roti es un plato típico de Sri Lanka, que está muy rico (queda para la sección de comidas por el mundo). Esa noche nos fuimos a dormir temprano y entonces lo escuchamos llovió durante 15 minutos por la noche… ese era el monzón que indicaban por todos lados en las guías… y de noche… Durante el día un sol que te fríe la piel y la lluvia llega cuando estás durmiendo. Seguramente nadie se molesto en preguntar cuando llovía.
El resto de los días nos lo pasamos descansando en la playa, hablando con otros viajeros, con el dueño del alojamiento checo, viendo el amanecer, paseando por la playa y un día nos fuimos a visitar Tangalle (visita que se hace en un par de horas).
Playas desiertas y paradisíacas
¿Dónde se puede comer en Tangalle? básicamente en todos los alojamientos te cocinan platos típicos, obviamente los que están al lado del mar te van a cobrar “más”, unos 5 euros, y los que están por la zona de la estación de autobús menos, 1 euro, y la calidad es la mis. Si quieres comer algo de comida checa puedes ir a Shanika beach inn. También tienes un supermercado moderno, Cargills food city, en la calle Tangalle Road, donde puedes ir a aprovisionarte de agua y de pequeños aperitivos.
¿Qué hacer/ver en Tangalle? Pues además de disfrutar de la playa y de la naturaleza que lo rodea no quedan muchas opciones. Siempre puedes darte un masaje ayurvedico; ir a alguno de los parques naturales que están cerca de la zona; ir a ver las tortugas de noche cuando ponen los huevos; y disfrutar de un café helado mientras ves el océano.
Desayuno típico de Sri Lanka
Algo no cuadra. ¿En checo?🙂
Nuestro alojamiento con “comedor externo”
Amanecer desde la playa en Tangalle