De empresas y de lesas

Publicado el 30 agosto 2012 por Carlos Romero @CarlosRomeroSFC

En estas lides de visitar los distintos contenidos expositivos de clubes de primer nivel en el elenco futbolístico español, con objeto de adquirir la experiencia necesaria para ver cómo estos clubes se hacen cargo y preservan el patrimonio histórico, nos entrevistamos en el día de ayer con determinados directivos del Real Madrid.

Antes de entrar en materia sobre lo que quiero exponer, decir que en la conversación con el director de Relaciones Externas madridista, un señor que nos atendió de manera exquisita, nos comentaba que todo el empeño de la dirección del Real Madrid es que en España todos los aficionados sean de su equipo local, pero que después sean aficionados madridistas. El hombre no puso un buen ejemplo, como era el caso sevillano, donde decía que en Sevilla seríamos del Sevilla o del Betis, pero después madridistas. Y lo decía convencido de ello.

Tan solo las normas de protocolo impidieron que la respuesta a dar fuese categórica por mi parte y le expusiese gráficamente el llamado “mapa del catetismo futbolístico español”. En definitiva éramos unos invitados, e insisto, el trato fue exquisito para con nosotros, cuyo único objetivo y afán es el que les he expuesto anteriormente. Pero no olvidemos que prácticamente en todo el territorio nacional esto está ocurriendo desgraciadamente.

Con esto os quiero expresar cómo piensan muchos de los dirigentes del fútbol, escuchamos prácticamente una conferencia sobre cómo todo debe traducirse en cash. Cualquier movimiento a dar siempre tiene un fin y este es ganar dinero. Todo, absolutamente todo es vendible.

El aficionado al fútbol suele basar su afición en el sentimiento por su equipo. Siente los colores, su escudo lo tiene bordado directamente en su corazón, lo quiere como si de un familiar se tratase. Para el directivo el nombre del equipo es una marca en el mercado, el escudo es su logotipo y los aficionados son el cliente objetivo de sus productos.

Decirle esto a un aficionado que desconozca estos términos puede resultarle incluso doloroso, no concibe que quien dirija el equipo de su amores piense que no es más que un cliente, pero no olvidemos que tratamos con empresas puras y duras cuyo objetivo es que la empresa gane dinero y en consecuencia sus dirigentes.

Hay muchos aficionados que al oír esto, sobre todo cuando salen casos a la luz pública, piensen que el Club sea una especie de organismo público donde el ánimo de lucro no debe estar permitido y que piense que lo que se hace es prevaricar, pero en los organismos privados este concepto no existe, siempre y cuando se adapte a la normativa que lo regula, se paguen los impuestos correspondientes y todo quede meridianamente claro en los apuntes contables ante los accionistas, que son los únicos que pueden objetar algo ante todas estas cuestiones y aún así será la mayoría del accionariado el que lo permitirá o lo denegará.

En mi caso particular no tengo nada que objetar, o casi nada, fíjense que he comenzado a hablar de un Real Madrid que ni tan siquiera es una Sociedad Anónima Deportiva, sino un Club y aún así todo lo que toca se convierte en oro. No se quiere uno ni imaginar lo que el Sr. Florentino Pérez debe estar moviendo en sus empresas siendo el presidente del Real Madrid ¿o es que alguien en su sano juicio se puede pensar que Florentino sea presidente por el simple hecho de sentir unos colores y llevarse todos los sofocones que significa ser presidente de una Sociedad tan complicada? Todo tiene su por qué.

Cuando visitamos las instalaciones del FC Barcelona nos dieron las cifras de visitas de aficionados de ese mismo día en el que esperaban, solo ese día, 15.000 visitas, siendo lo normal unas 10.000 diarias las que acuden a ver los contenidos expositivos y multimedia. Solo entre visitas al museo, (que cobran a 26€), y compras en la tienda oficial, sacan en un año el presupuesto del Sevilla FC para la temporada 2012-2013, es decir, 60 millones de €.

Pero a todo esto, el Sevilla FC sí es una Sociedad Anónima Deportiva. Esto quiere decir que es una empresa con todas las de la Ley, una gran empresa, que necesita de otras empresas que presten sus servicios. Entre esos servicios podemos contar a empresas de limpieza, de jardinería, de mantenimiento, de construcción, etc.

Pero el Sevilla FC es una empresa futbolística, no es una empresa de limpieza, de jardinería, de mantenimiento, de construcción, etc.

Desconociendo si las informaciones vertidas en foros y redes sociales son certeras o no, lo normal en todos los casos, y cuando hablo de esto me refiero a todas las empresas futbolísticas mundiales, es que sean los propios directivos los que crean las empresas para que presten esos servicios que la S.A.D. necesita, porque… ¿para qué se va a llevar una empresa externa el dinero pudiendo llevárselo quien gestiona la matriz? Ya sé que para un aficionado que solo siente sus colores esto puede parecerle duro y quiera exigirle a sus dirigentes que sientan el Sevilla a imagen y semejanza de como él lo siente, pero esto funciona así, no aquí, sino en todos sitios.

Para colmo todos los datos son públicos, cualquier accionista puede tener acceso a los datos contables y comprobar a quien pertenecen las empresas que prestan dichos servicios, no hay nada oculto. No cabe, en su concepto global, ni tan siquiera hablar de ética. Una empresa carece de ética cuando de ganar dinero se trata. Es lo que tiene el capitalismo.

Quizás lo único achacable en todas estas cuestiones puede ser que el empresario externo que prestaría su servicio al Club se juega lo que invierte, en el caso de los que hablamos, insisto, no me refiero solo al Sevilla FC, la inversión corre poco riesgo porque el servicio está garantizado. Tan solo, eso sí, y en caso de que se demostrase por parte de los accionistas que el Sevilla FC también funciona así –que está por ver- los precios cobrados sean inferiores a los que una empresa externa les ofertaría, siendo quizás cuando pudiésemos hablar de ética desde el punto de vista del sentimiento sevillista.

No se extrañen de nada, el mundo funciona así.

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