De Estadoss Unidos, Humberto Caspa: Decisión sin precedentes.

Publicado el 10 mayo 2015 por Joseantoniomedina1234

“Escucho sus clamores por justicia, no paz”, puntualizó Marilyn Mosby, procuradora estatal de la ciudad de Baltimore.  Una vez de hacer las explicaciones pertinentes, Mosby, de raíces afroamericanas, imputó a los seis policías que fueron involucrados en la muerte de Freddie Gray.

De haber sido una procuradora o un procurador anglo, lo más probable es que estas acusaciones nunca se hubieran llevado a cabo, a pesar de que tres de los seis imputados no son de origen europeo-norteamericano.  Y es importante recordar que Mosby, no fue nombrada por el gobernador del estado de Maryland sino que tuvo que ser elegida por el electorado de su distrito.

Lo anterior nos lleva a concluir que, en Estados Unidos las cuestiones de “raza” todavía cuentan.  Y en estas condiciones, los grupos minoritarios normalmente son los llamados a perder dentro de una cultura, costumbres, leyes dominadas por la gente de origen europeo-norteamericano.

Esta protección a este grupo étnico-nacional no es natural, ni mucho menos es una coincidencia del destino.  Los europeos-norteamericanos siempre han tratado de mantener una hegemonía frente a los grupos minoritarios en la sociedad norteamericana.

Esto explica el hecho de que los puestos de trabajo en las dependencias públicas del Estado –municipales, estatales y federales—, especialmente los más remunerables, están colmados por las etnias dominantes europeo-norteamericana.

A pesar de que en muchas ciudades y distritos hay una población mayoritaria de minorías étnicas, sus instituciones públicas el grupo dominante.  Esto sucede en los departamentos de policías, en las universidades, los colegios comunitarios, los distritos escolares; en general, en la mayoría del sector público.

Más aún, si el jefe de estas instituciones públicas es de ascendencia europeo-norteamericana, éste a menudo trata no solamente de resguardar el mismo orden étnico, sino que sus decisiones tienden a proteger a los de su grupo social.

En la ciudad de Ferguson, Missouri, Thomas Jackson, jefe de policías de ascendencia europea-norteamericana, hizo lo que pudo para distorsionar y beneficiar al policía Darren Wilson, quien disparó varias veces contra Michael Brown, un joven afroamericano que, minutos antes, había robado unos cigarrillos de una pequeña tienda comercial.

A unos tres meses del trágico incidente, un jurado dominado por europeos-norteamericanos decidió no imputar cargos penales contra Wilson, a pesar de que hubo prueba de abuso de autoridad en la muerte de Brown.  Nueve de los doce jurados fue de ascendencia europea-norteamericana.

Sin embargo, la decisión del jurado fue prácticamente condicionada por Robert McCulloh, procurador del contado de Saint Louis y también de ascendencia europea-norteamericana.

En vez de imputar cargos contra Wilson, permitió que un jurado decidiera en base a leyes que, estructuralmente, favorecen al grupo dominante.  “No juzguen a los jurados, juzguen a la ley”, dijo McCulloh sarcásticamente.

Entonces, la decisión de la procuradora Mosby de acusar a los seis policías implicados en la muerte de Freddy Gray en Baltimore crea un precedente significativo en la sociedad norteamericana.

El hecho de pertenecer a un grupo minoritario, muchas veces permite al servidor público a ver una situación legal en forma más objetiva.  Nuestras instituciones públicas necesitan de más diversidad étnica-nacional para que no ocurran injusticias. hcletters@yahoo.com Colaboración especial para LatinPress®. http://www.latinpress.es