El siguiente tramo de la etapa es la bajada hasta Colinas. Un tramo esculpido en la roca en tiempos de los romanos para poder pasar el oro de un valle al otro. Hay también puentes sobre el río de Campo que todos los años los vecinos de Colinas tienen que reconstruir.
Al otro lado, en La Omaña, ¡también encontraron oro en abundancia! Así que se limitaron a hacer un camino, una calzadilla, para unir El Bierzo con La Omaña y después un camino bajo la Cordillera Cantábrica hasta Pamplona. De Pamplona continuaban bien hacia Tarragona, por El Camino del Ebro, o hacia Burdeos, por el Camino de Roncesvalles. El oro de estas minas pagó las legiones romanas durante siglos, cuando el oro se terminó las legiones se disolvieron y el Imperio Romano se derrumbó.
En la Edad Media, cuando la gente comienza a peregrinar a Compostela, a la Casa de Santiago como llamaban a su catedral gallega, sencillamente la gente seguía los caminos que quedaban de la época romana. Todo lo más había que reparar algún puente o volver a juntar unas cuantas piedras, los romanos ya habían estado pasando por allí durante siglos. Desde Pamplona hasta Cacabelos casi caminas en línea recta si lo miras en un mapa.
El Camino que ha ido subiendo por todo el Valle Gordo hacia Fasgar y el Campo de Santiago baja por la garganta del río Campo hasta Igueña, después continúa hacia Quintana de Fuseros, San Justo de Cabanillas y Arlanza. Pero ese tramo ya lo dejamos para recorrerlo el año que viene.Daniel Paniagua Díez