El pasado domingo por la noche la pequeña Patatita se despertó llorando, algo preocupante ya que no suele despertarse y el lloro parecía de dolor. Así que ahí se levanta mamá Patata rauda y veloz a su cuna!! Nada más acariciarle la carita me dí cuenta de que estaba más calentita de lo normal, así que levantamos el "protocolo de emergencias febriles" y me dispuse a medirle la temperatura. Primero con el "chupetermómetro" y después con el de brazo, más que nada por hacer una media ya que desde que retiraron los de mercurio del mercado no encuentro uno que sea medianamente exacto. Más o menos tenía 38º por lo que Apiretal al canto y cambio de pijama ya que el que llevaba puesto era demasiado abrigado. En cuanto se tranquilizó un poco le dí el pecho y se quedó dormida. Cuando nos levantamos a la mañana siguiente ni rastro de la fiebre!!
Un par de días después me llamaron al mediodía de la guardería, volvía a tener 38º. Cuando papá Patata fue a buscarla estaba rodeada por las chicas de la guarde partiéndose de risa ya que no hacían más que darle besos, y cuando llegué a casa ya le había bajado y estaba jugando tan animada como de costumbre.
Por lo visto más niños de la guarde sufrieron estas fiebres, parece ser que no duran más de 1 o 2 días y tal como vienen se van. Los llaman virus de un día.
Lo gracioso de todo esto es que la Patatita aparentemente se la veía tan normal y animada, y aqui ando yo hoy, que me lo debe de haber pegado que me duele todo el cuerpo, tengo fiebre, estoy inapetente y me siento fatal... Hay que ver que fuertes son nuestros pequeños!!
Investigando un poco sobre la fiebre de los bebés he encontrado que su temperatura corporal no es como la nuestra. Puede ser que aunque presenten alguna décima por encima de los 37 grados no hay que considerarlo fiebre, ya que durante el crecimiento el metabolismo es más activo, y por lo tanto produce más calor.
Entre los 37,5 y los 38,5º, se denomina “febrícula”y suele producirse como método defensivo eficaz contra la agresión bacteriana o viral, pero no es peligroso.
Con más de 38,5º ya se considera que el bebé tiene fiebre y se debe actuar rápidamente para bajársela. Debería suministrársele un antipirético (sobre todo si ves que tiene als manos frías). Si aún así no le baja la fiebre, desnúdalo y dale de beber.
De todas maneras esperemos que no le vuelvan a dar estos virus raros, y espero no cogerlos yo tampoco...