Esto de hacer galletas en los cumpleaños se está convirtiendo en costumbre. Yo uso siempre la misma masa porque es la que mejor me va. Es una receta de masa quebrada clásica. La puedo hacer días antes y meterla en el frigorífico (o incluso congelarla) y sacarla cuando la necesito (si está congelada, la meto directamente en el frigorífico unas 24 horas hasta que se descongele). Le doy la forma elegida para la ocasión y al horno. En menos de media hora tengo ricas galletas caseras.
Para el cumple del Peque, las hice con la forma del número 1. Para mi cumpleaños pensé en hacer algo similar. Pero tenían que ser con el 33. La verdad es que no me convencían mucho. Pero era una ocasión especial así que, aprovechando que soy la única chica de la casa, se me ocurrió hacer galletas más… femeninas, por decirlo de alguna manera. Pensé en flores. Ufff… pero qué sosas unas simples flores si no les iba a poner glasa para colorearlas.
En éstas estaba cuando se me vino a la cabeza algo que había visto hace años por Internet. No recordaba dónde, pero lo que sí tenía claro es que se hacían con caramelos. Eso ya me iba gustando más. En mi casa, a pesar de los Trastos y mi glotonería, no comemos muchas chuches ni muchos caramelos. Así que siempre tengo una bolsa llena. Es más, creo que soy la única madre que tira bolsas de basura llenas hasta arriba de golosinas caducadas.
Me fui a la bolsa en cuestión a ver si tenía los caramelos que necesitaba. Duros y no muy grandes, para más detalle. No sería la primera vez que se me ocurre hacer algo y me falta algo indispensable. Afortunadamente, ahí estaban los caramelos. Y había bastantes. De varios sabores. De varios colores. Cogí la bolsa y me fui tan contenta a la cocina.
Saqué la masa de la nevera. ¡Qué dura estaba la condenada! Aunque con estos calores, en menos de 3 minutos pasé al polo opuesto. Como lleva mantequilla y con esta temperatura, al poco tiempo se convirtió en algo pegajoso difícil de manejar. Bueno, nada que dos papeles de horno no puedan solucionar. Metí la masa en medio de ellos y alisé con el rodillo. Al poco tenía listas mis galletas. No estaba muy segura de que aquello hubiera salido bien. Os recuerdo que era la primera vez que lo hacía y, además, de memoria.
En cuanto se pusieron a temperatura ambiente probé una. Y dos. Y no probé tres porque me corté y me dije que, de seguir así, me las zampaba yo todas y no era plan, por mucho que fuera mi cumpleaños. Las reservé para más tarde, cuando ya hubieran llegado todos los que iban a venir. Las saqué entonces y fueron un éxito rotundo.
CONTRAS:
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Al ser verano, hay que darse prisa en amasar con estos calores. En invierno es más fácil.
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Se necesitan dos cortapasas de distintos tamaños. No obstante, el agujero para poner el caramelo se puede hacer con algo redondo que tengáis por la cocina. Por ejemplo, los cacitos de la leche en polvo de los bebés o los tapones de plástico de algunos jarabes son muy socorridos para esto. Haciendo honor a mi incipiente síndrome de Diógenes, confieso que tengo unos cuantos de éstos guardados en la cocina. Ah, y el cortapasas más grande se puede sustituir por un vaso o similar.
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La gracia de la galleta está en comérsela entera para que se junten en la boca la galleta con su caramelo. Así que es mejor no hacerlas demasiado grandes.
PROS:
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La cocina huele que no os imagináis de bien. Al olor a galletas recién hechas, que ya de por sí es un olor agradable, se suma el olor a caramelo. Y estos dos aromas juntos se pasean por la casa y huele genial.
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El resultado final son unas galletas muy vistosas. Ideales para cumpleaños, fiestas y Navidad. O para darnos un capricho de vez en cuando porque sí.
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Gustan tanto a pequeños como a mayores porque… ¿a quién no le gusta un caramelo?
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Como he mencionado, yo las he hecho con una masa quebrada hecha en casa por mí. Sin embargo, estas galletas con caramelo admiten vuestra masa de galletas favorita.
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Yo las hice sola porque aproveché la hora de la siesta (sí, me va la marcha…). Pero por supuesto que se pueden hacer con los niños de la casa. Eso sí, mucho cuidado al sacarlas del horno porque el caramelo sale hirviendo.
Aquí os dejo el vídeo del paso a paso de las galletas, que también podéis encontrar en el canal de YouTube del blog. Animaos a hacerlas porque no os vais a arrepentir y haced unas cuantas porque vuelan
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