He de confesar que me gustan las manualidades. Si sirven para decorar, estupendo. Si es barato, todavía mejor (recordad la entrada sobre pintar piñas). También he de confesar que, aunque me gusta hacer los purés y papillas para el Peque yo misma, muy de vez en cuando hecho mano de los potitos comprados. Se toma el potito y después me quedo con un bote de cristal que, por lo general, acabo tirando.
He pensado en aprovecharlo haciendo papillas de frutas y luego guardarlas como si fueran conservas, pero no sé si así sabrían igual. Así que no había encontrado ninguna utilidad para esos botes… hasta ahora.
¿Y qué es lo que ha pasado? Pues que el otro día llegó el Mediano con unas pocas margaritas cogidas para mí. No os cuento la ilusión que me hizo porque necesitaría otra entrada entera, pero supongo que os hacéis una idea
A mí me costó dos intentos hacer el de la foto porque al principio empecé a hacer líneas con la silicona de arriba a abajo del bote y, cuando quise poner la cuerda, ya estaba seca. Vaya fiasco, menos mal que se retira bien del cristal. Pero volví a intentarlo. La segunda decidí poner un pegote de silicona en un sitio, poner la cuerda y darle vueltas al bote con ella. Cuando tenía cubierto el pegote, daba dos o tres vueltas más con la cuerda y entonces ponía otro pegote y vuelta a empezar. Y así hasta el final del bote o hasta que os parezca bien.
También tenía un hilo azul que me quedaba de otra manualidad (que ya os contaré otro día
Y así es como conseguí hacer un florero resultón para las flores del Mediano. Es original y único. Y el florero también
CONTRAS:
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Cuidado con la silicona, que se seca enseguida. Como ya os he dicho, en el primer intento, empecé a poner líneas de silicona de arriba a abajo del bote y, cuando quise poner la cuerda, ya estaba seca.
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Cuidado también con dónde ponéis la pistola mientras dais vueltas a la cuerda, yo me he llenado la mano de silicona en varias ocasiones.
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Hay que poner todos los pegotes en la misma línea horizontal. Esa parte pasará a ser la trasera del florero, la que no se enseña, porque queda fea. Si los ponéis sin ton ni son, los tendréis repartidos por todo el bote y a la vista no está bien.
PROS:
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Reciclaje a tope. Usando cosas que tenía por casa. Seguro que en vuestra casa también encontráis cosas a las que darles salida y emplearlas para hacer estos floreros.
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Barato. Porque ni siquiera el potito cuesta más de 2 €.
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Yo usé cuerda e hilo, pero se pueden usar otros materiales (como lana o telas), otras texturas (más lisas o más arrugadas), otros colores… Podéis hacerlo a vuestro gusto.
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También se pueden usar botes de distintas formas (más altos, más bajos, más anchos, más estrechos, rectos, más redondos…), según el florero que más os guste, e incluso, por qué no, botes de plástico que resistan la silicona o, si no, se puede utilizar cola o pegamento similar.
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Quizás al explicarlo me ha quedado un poco lioso, pero os aseguro que se tarda muy poco en hacerlo. Y, a diferencia de las que suelo hacer con los Trastos, esta manualidad apenas mancha.
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Se puede regalar. Sí, como quien regala galletas. Se me ocurre que, si se lo regaláis a la abuela, dejad que el peque lleve unas flores (no muy grandes, recordad que es un florero y no un jarrón
) y después sacáis el florero. El pack completo .
Bueno, pues no sé si os he animado a hacer floreros, lo que sí tengo claro es que éste no será el último que yo haga porque, a parte de si queda chulo o no, la verdad es que me lo he pasado genial haciéndolo. ¡Y hay infinitas combinaciones!