El primer año que estuve por estas tierras, me tocó el hanami en el pueblo de Yamanashi. Esto es, permanecer cerrado todo el día comentando que ya empezaba a hacer calorcito e ir a dar una vuelta por donde siempre viendo los árboles.El segundo año aprendí la lección, y ya pude ver los sakura en Tokyo a pesar de todo lo que ocurrió un mes antes con el terremoto y el tsunami.Este año, el tercero (mira por donde, dicen que a la tercera va la vencida) todo pintaba como el año anterior, hasta que mi amigo Debitto creó un evento en el facebook, en el cual nos reunimos cinco españoles por Tokyo.Debitto (estudiante de último curso en una semon gakkou y profesor de inglés y español) Borja (estudiante de japonés) Tatiana (estudiante de japonés) Sonia (becada de la Monbugakusho) y yo.Decidimos ir a Inokashira koen, y tras una vuelta, logramos encontrar un lugar (en la tierra) apartado pero con vistas a la multitud y a los sakuras.Fue entonces cuando disfruté realmente del auténtico significado del hanami. Estava con gente, solamente uno de los cuales conocía en persona. Todos jóvenes, al verlos me recordaron de mala manera (y me pusieron algo triste) a mi cuando estava estudianto por aquí.Me olvidé de ver los sakuras, y las horas pasaron volando entre risas, anécdotas y comentarios diversos entre trago y trago, y entre mordisco y mordisco de las deliciosas croquetas, dorayakis y hamburguesas que Tatiana nos preparó (es una maravilla esta chica!).Este año pensaba que me lo volvería a pasar solo, y mira por donde, el destino nos volvió a reunir. Quizás fue la antesala de algo grande que mañana puede empezar a ocurrir. Ya iría tocando...