Dos hogares almerienses abren sus puertas al público en una misma semana. Dos hogares muy diferentes que han sido musealizados para que podamos acercarnos a ellos y conocerlos.
El primero, la casa vasca o casa de doña Pakyta, a priori genera más interés por sus dimensiones, ubicación y la curiosidad que día tras día durante toda nuestra vida hemos ido alimentando al ver ese edificio tan emblemático como diferente al resto en el corazón de la ciudad. Ahora podemos saber qué se oculta tras su fachada al mismo tiempo que nos acercamos a la obra de pintores locales del pasado siglo. Los suelos y su escalera principal son verdaderas joyas.
La segunda vivienda musealizada, si bien es más desconocida y está algo más "oculta" en el casco antiguo, sorprende casi más que la primera. Este lugar pretende conservar la esencia de su morador: se conservan fotografías, muebles, libros y objetos personales del poeta José Ángel Valente. Quizá sea por eso, unido al recogimiento de la casa, que desde que entras sientes que te encuentras en un ambiente acogedor.
Un par de visitas muy recomendables para autóctonos y foráneos. Para los de aquí, para conocer mejor nuestra tierra; para los de fuera, para que disfruten de algo más que playas y sol.