Me imagino que no seré el único -por qué nadie es el único en casi nada, para que engañarnos- en elaborar una especie de discurso mientras lee que fluctúa entre lo audiovisual y lo literario. Como dos lenguajes que conversan en cada momento, como dos medios que se comunican y establecen conexiones. El último caso más flagrante lo he vivido con De hogares de acogida y moscas, una novela corta de Chad Lutzke que supone la última novedad de la editorial Dilatando Mentes. Un coming-of-age que en mi cabeza convive con Carmina y Amén (2014) de Paco León por su trama, y con Mid90s (2018) de Jonah Hill, por su espíritu.
En la calurosa Nueva Orleans, donde la humedad conquista y el calor derrota, el joven Denny de doce años vive una vida complicada. Es pobre, su padre ha muerto hace un tiempo y su madre vive en un permanente estado de embriaguez. Sin embargo, su mayor arrepentimiento es no haber participado en la última edición de algo tan americano como el concurso de deletreo de su escuela. Este año, todo va a cambiar. Se va a presentar. Cueste lo que cueste. Ni siquiera la muerte de su madre lo va impedir.
Si en Carmina y Amén, Carmina Barrios se dedica a ocultar la muerte y cadáver de su marido en su propia casa para cobrar el sueldo del mes, Denny buscará la forma de sobreponerse a todos los inconvenientes que van surgiendo y aguantar, casi una semana, hasta que el concurso de deletreo llegue. Lutzke, evitando lo truculento y escabroso, construye un relato enternecedor en primera persona centrado en Denny donde lo vemos salir adelante a pesar de las adversidades. Como bien dice Alberto Plumed en el prólogo, prácticamente, Denny ya lleva tiempo sobreviviendo el solo.
Aunque él no lo considere, Denny ya es adulto de pleno derecho. Su infancia ha sido arrancada de raíz por la tragedia, su madurez es impuesta y marca, sobre todo, el tono de lo narrado. De hogares de acogida y moscas, aparte de ese coming-of-age, también se mete en los terrenos de lo social. Esa vida comunitaria, donde los abusos aún sabidos por todos son ignorados. Donde la vida de orfanato se ve peor que la muerte. Sin embargo, como dije antes, Lutzke ve la esperanza. El rayo de luz. Pase lo que pase, podemos mejorar nuestras vidas y futuro siempre que tengamos la suerte de rodearnos de buena gente.
Y así fue como salte hasta Stevie, el protagonista de 13 años de Mid90s. La gente de la que se rodea modela ese paso a la adolescencia que está viviendo, demostrando que no todo el mundo ni todas las compañías son buenas para crecer. Sin embargo, el camino de Denny será mucho más afortunado. Aunque este dentro de este marco de horror social y drama, De hogares de acogida y moscas es un relato conmovedor, con la cantidad justa de horror y un mensaje lleno de esperanza para todes.
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