… de ir a por la niña

Por Arusca @contrasypros

Cuando era pequeña y luego más joven que ahora, estaba convencida de que tendría hijas. Así, con A. Al menos una. Por eso, cuando el ginecólogo nos dijo en mi primer embarazo que esperábamos un niño, pensé: “la siguiente será la niña”. En el segundo embarazo estaba aún más convencida de que sería niña, pues ya había tenido un niño. De nuevo el ginecólogo nos informó de que sería niño. Ahí sí me puse triste porque, en aquel momento, no contemplábamos la posibilidad de que tener un tercero.

Tras el impacto inicial, empecé a pensar que, siendo los dos niños, podría aprovechar toda la ropa del primero con el segundo, compartirían juegos y juguetes y, posiblemente, se llevaran mejor entre ellos que si fueran niño y niña. Aquí quien no se consuela es porque no quiere.

Cuando el ahora Mediano iba camino de cumplir sus dos añitos, el Tripadre y yo decidimos ponernos manos a la obra para ir a por la niña. He de reconocer que a él le daba un poco igual niño que niña, pero sabía que a mí me haría mucha ilusión tener una niña. Además, a mí me había vuelto a picar el gusanillo tras el nacimiento de mi sobrina… pobrecita, necesitaba una compañera de juegos, pues entre su hermano y sus primos, no había más niñas por aquí.

Así que hace ahora dos veranos, empecé a tomar ácido fólico en previsión de lo que me esperaba. Pero esta vez, decidimos hacer todo lo posible para que fuera niña. Dice la ciencia que en el sexo del bebé influye (aunque nunca se sabe) la frecuencia de las relaciones sexuales. Así, los espermatozoides niños son más rápidos pero mueren antes y los espermatozoides niña son algo más lentos pero aguantan más en el útero. Si es esto es así, para tener una niña hay que mantener relaciones uno o dos días antes del periodo fértil de la mujer (método basal) y ya. No hay que mantenerlas a diario, sino espaciadas. Y así lo hicimos.

Por otro lado, también existe la tabla china de la concepción. Este método relaciona la edad de la madre al quedarse embarazada con el mes del año. Si el resultado es un cuadrado azul, será niño; si es rosa, niña. La tabla china acertó de pleno con mis dos hijos mayores y hasta conmigo. Así que también nos guiamos por ella a la hora de mantener esas esporádicas relaciones sexuales.

Además, hay una especie de juego que se hace a las mujeres con una aguja pendiente de un hilo o un colgante. Consiste en extender la mano y levantar la aguja o colgante en la palma abierta. Si se mueve en círculos, es una niña; si lo hace en línea recta, un niño. Si se queda clavada y no se mueve, no hay más bebés a la vista. Bueno, pues también lo hice y me salió que iba a tener tres hijos: dos niños y una niña.

¡Y una leche! Como veis, lo hicimos todo encaminado a ir a por la niña. ¿Y qué pasó? Pues que no sirvió para nada. Otro niño como otro sol que no cambio por ninguna niña, dicho sea de paso.

CONTRAS:

  1. Como dice la canción, “♬♪ lo que tenga que ser, será ♫♩”. Da igual lo que nos esforcemos, como dice el refrán “el hombre propone y Dios dispone”. Pues eso. Si tiene que ser niño, da igual lo que nos emperremos en que sea niña.

  2. La gente me mira extrañada cuando les digo que tengo tres hijos. Pero aún se asombran más cuando les digo que los tres son niños. Vamos, ni que fuera la única madre en el mundo con tres hijos varones.

  3. Una vez recuperados del susto, la pregunta que suelen hacerme es si voy a ir a por la niña. A ver, que vale que me hubiera hecho ilusión tener una niña a la que peinar y poner vestiditos de vez en cuando, pero no por ello voy a quedarme embarazada por cuarta vez.

  4. Mucha ciencia moderna, mucha ciencia de la abuela y mucha ciencia ancestral y al final no hay manera de saber si estás embarazada de niño o de niña. Si me apuráis, ni las ecografías son fiables al cien por cien.

  5. Sigue habiendo gente que me viene a ¿ayudar? informándome de que existen maneras que funcionan para conseguir que el bebé sea niño o niña. Y me lo dicen como si fuera tonta, en plan, “ay, mira que no saber esto… ahora podrías tener alguna niña…”. Pues mira, ni tonta ni ignorante. Es más, creo que la tonta eres tú por creerte esas chorradas. Si a ti te funcionó, es pura coincidencia.

  6. Hay gente que, en su afán de ayudarme a pasar este mal trago que tengo con tres niños (léase con ironía), no duda en decirme que, cuando sea vieja, no voy a tener quien me cuide y se preocupe por mí si falta mi marido porque, aunque los hijos quieren mucho a sus madres, la realidad es que son las hijas quienes se hacen cargo de ellas cuando son mayores. Visto lo visto, creo que voy a tener que empezar a ahorrar ya para la residencia y cruzar los dedos para que no me falte mi marido.

PROS:

  1. Como siempre que se busca un embarazo, es divertido mientras se intenta. Hay que aprovechar, que luego llegan las náuseas y los vómitos y no está el horno para bollos.

  2. Como lo he probado, creo que tengo la suficiente credibilidad para afirmar que esos métodos no son fiables. Hay que pensar en si se quiere tener un hijo o no, en lugar de pensar si queremos tener un niño o una niña. ¿O es que acaso no se le va a querer igual si no es del sexo que esperábamos?

  3. Tengo tres hijos maravillosos como tres soles. No los cambio por ninguna niña, por muy tranquilita que sea ésta.

Esta entrada ha sido un poco para desahogarme, que últimamente, no sé que hay en el aire, no paran de preguntarme si voy a ir a por la niña. ¿Será que ya ven al Peque con cierta edad para convertirse en hermano mayor también él? Bueno, pues lo repito. Tengo tres niños como tres soles que no cambio por ninguna niña. Y, a estas alturas, me conformo con mi sobrina y quedo a la espera de nueras y nietas. Porque nietas sí tendré… ¿o no?