Y de repente, llega tu embarazo, y todo el mundo está pendiente de tí. Eres el primer pensamiento de todos, la primera preocupación, y empiezan los primeros sustos, contracciones, rotura de bolsa...
Y entonces llega a tí, ese bomboncito que acaba de nacer.... Y, desapareces, toda tú desapareces.. No sabes qué ha pasado, o si lo sabes. Tu marido también a pasa a segundo plano, sólo existe el bebé... La mujer tiende a diluirse como el agua... Nuestra existencia en esos momentos no es visible. Somos personas con apéndices, que son más importantes que nosotras. Recuerdo con rabia, bajar a comprar sin niños, y que el tendero de turno pregunte: ¿Dónde vas sin carro?Vamos a ver, ya sé que he pasado a ser una ciudadana de segunda, pero tengo entidad propia. No soy una prolongación natural del carro. En tu cabeza y en tus pensamientos, pasas a última posición. Lo primero, es vestir a las niñas, dar de comer a las niñas, que a ellas no les falta de nada... No sé si os habrá pasado encontrar la nevera llena de petit suisse, Natillas, purés preparados, alimentos infantiles, leche de ellas, y darte cuenta con estupor que no tienes nada para cenar para tí.O que les has comprado los modelitos que te encantaban para que tus niñas vayan ideales, y tú llevas sin comprarte ropa una eternidad.Es lógico, que antepongamos a nuestros peque, pero POR FAVOR... No os hagáis un flaco favor: NO OS OLVIDÉIS DE VOSOTRAS... Porque somos, como bien dice mi amiga Noni, en su post de hoy: Las mujeres movemos el mundo.
Ya quedan pocas palabras para completar mi Diccionario y me da pena, por todo lo que me ha aportado no sólo a mi mundo 1.0 sino a ese mundo 2.0 que ha pasado ser parte de mi vida diaria.
Así que lo dicho, pensemos en dejar atrás la última posición y recuperemos las riendas de nuestras vidas.