Cuando lo conocí al Chaman ya le quedaba poco Yagé entonces decidí ir a Catamárca y aprender algunas cosas más con el cactus San Pedro…
Por último quiero agregar algo que no mencioné y es que al San Pedro, luego de quitarle la cubierta transparente que posee, de él solo consumí los primeros tres o cuatro milímetros, la parte verde oscura, ahí se encuentra la mezcalina. Lo demás, la parte blanca no sirve, o es lo que produce los vómitos.
Algo muy hermoso que pasó después de cortarlo y llevarlo a un camping dónde estaba, es que cuando lo puse a secar al sol sobre una gran piedra, una tarde vino una niña de unos 7 años y lo miró mucho tiempo… después subió al árbol que se encontraba al costado y se colgó de una rama boca abajo… justo arriba de los pedazos de San Pedro que se estaban secando.
Y esa fue la confirmación que tuve en aquél tiempo en cuanto la inversión radical que producen estas dos plantas en la manera de percibir la vida…