De la factura en la sombra a la nómina al sol

Publicado el 19 septiembre 2011 por Elhombredelpiruli
A los pacientes de la Sanidad Pública les entregan ahora una factura con el costo de los servicios que han recibido y que no pagarán. Dicen que es para que la gente se conciencie de lo mucho que cuestan los servicio sanitarios públicos. Lo llaman la factura en la sombra.
Bien estaría que, en justa reciprocidad, se entregara también a los trabajadores la nómina con el valor real de lo que producen y no solo con el importe que cobran a final de mes. Sería interesante, y muy esclarecedor, conocer la riqueza real que produce cada empleado y ver la diferencia con lo que cobra. No es nada nuevo, ya lo explicó Marx. Esa diferencia se llama plusvalía y se la queda el patrón.
Al exdiputado de Izquierda Unida Antonio Romero le gusta contar que se hizo comunista cuando, con once años, siendo jornalero, le pagaron a tres pesetas el kilo de aceituna recogido mientras que al dueño de la finca se lo pagaban después a siete pesetas en la almazara.
Si se implantara en España esa nómina al sol (nada de sombras, que la luz es lo mejor en asuntos económicos)  podríamos saber que de esas cuatro pesetas que el cacique se quedaba del trabajo del niño Romero, quizá una estaría destinada a sufragar los caros caprichos de su esposa, las clases de equtación y los internados de sus hijos en Londres o París; otra, para gastar en los toros y en los prostíbulos de la capital; una tercera para sobornar a las fuerzas vivas: el teniente de la guardia civil, el diputado provincial, el párroco; cincuenta céntimos para comprar a los kapos que impidieran las revueltas de los jornaleros malpagados, y, tal vez, los dos reales restantes para comprar más tierras, más olivos y alguna querida malpreñada en Madrid.